Lorenzo y Laura son dos ancianos que salen por primera vez de la residencia, pisan la calle, respiran el aire fresco y van a visitar a la virgen de El Pilar. Y es que explican que durante el confinamiento, "era el sueño de todos los residentes venir a la basílica de El Pilar".
Lorenzo cuenta que su mujer falleció por covid, vivieron juntos en la misma habitación de la residencia y cuenta cómo está: "Es muy duro, tuvimos la suerte de estar en la misma habitación hasta que falleció. Lo llevo de aquella manera, la echo mucho en falta porque a estas edades no se olvida". A Laura, la otra anciana, el programa le prepara una emotiva sorpresa con María Polo, la sonrisa no se le quita de la cara, emocionadas se funden por primera vez en un abrazo. La anciana dice que está cansada y la mujer le dice: "Es el primer día que sales y encima para ir a ver a la virgen". María Polo explica la conexión con la anciana: "Ella me cuidó desde que nací, hemos ido a verla a la residencia, solo podía ir yo, iba a la biblioteca con distancia..." Y cuenta por qué ha querido darle esta sorpresa: "Me dijeron que salía a ver a la virgen y me hacía mucha la ilusión poder verla: ¡ya nos podemos ver en la calle!".
Además, el otro día Laura participó en el programa y la conexión de internet se fue. Laura dice: "Ana Rosa, soy Laura Pérez, hable con usted y me quedé corta el otro día". Tengo ganas de verla cara a cara y le contare más despacio las cosas del otro día". A lo que Ana Rosa contesta: "Seguro que sí". Además, la presentadora cuenta que la anciana le mandó un regalo y que lo recibió y prometen mutuamente verse cara a cara y Laura pide "salud" para poder enviarle otro el año que viene. Tras esto, Lorenzo también se confiesa como fan de Ana Rosa y del programa, le manda un saludo y la periodista le han mando un mensaje tanto a él como a todos los ancianos de las residencias: "Os lo agradezco mucho, habéis sufrido especialmente el confinamiento y la soledad, sois un ejemplo".