La investigación de las niñas se centra en el mar: el sónar y un robot que baja a 2.000 metros de profundidad

  • "En tierra se da prácticamente por descartado que se pueda encontrar algo de valor en la investigación"

  • "El sónar hará un barrido lateral para detectar anomalías, luego interviene el robot que desciende a 2.000 metros y las veces que haga falta"

  • Podrán rastrear todo el fondo marino, harán el recorrido que hizo Tomás a su vuelta al puerto y se mirará en las cuevas

Anna y Olivia llevan desaparecidas 24 días desde que Tomás Gimeno fuese visto por última vez el pasado 27 de abril. La reportera de 'El programa de Ana Rosa' informa desde el puerto de Candelaria y, tras no obtener nada en el rastreo de la casa del padre, la investigación se centra en el fondo marino.

Israel López, desde el plató, confiesa cuál es su pensamiento tras las últimas noticias de la investigación: "Si las niñas estuviesen vivas, el padre hubiese dado señales de vida desde algún punto". Ana Rosa, Ana Rosa, n sintonía de su compañero, comenta: "Estamos en una era en la que la tecnología nos tiene a todos absolutamente esclavos, es muy difícil desaparecer...".

"La búsqueda continúa por tierra, mar y aire, a partir del lunes se va a intensificar en el mar", anuncia la periodista. "Llegará un buque procedente del Instituto Nacional de Oceanografía que transportará a bordo a un robot", matiza la reportera.

Cruz Morcillo, desde plató, añade: "En tierra se da prácticamente por descartado que se pueda encontrar algo de valor en la investigación, está peinado todo lo que se podía peinar". "Que le juzgado haya autorizado un operativo tan caro y de resultados tan inciertos, por las profundidades y las cantidades, es evidente que la única esperanza está depositada en esta búsqueda (marítima)".

En tierra se da prácticamente por descartado que se pueda encontrar algo de valor

El fondo del Atlántico y el rastreo de todas las pistas

La periodista explica desde el puerto cómo se va a realizar la investigación en el mar: "Primero se utilizará un sónar que hará un barrido lateral para detectar cualquier tipo de anomalías". Luego, "una vez detectadas las anomalías, lo que entrará en funcionamiento será el robot, que es capaz de bajar hasta 2.000 metros de profundidad y las veces que haga falta".

Uno de los detalles más esperanzadores es que el robot "posee una cámara para ver si el objeto encontrado es lo que están buscado". ¿Qué quieren encontrar los agentes? "El pasado 27 de abril, cuando Tomás llega al puerto transporta unas bolsas desde el coche hasta el barco, cuando vuelve a puerto esas bolsas ya no están y no se sabe lo que tenían dentro".

"Lo que se va a hacer es el recorrido que hizo Tomás, según ha detectado su teléfono móvil, es un recorrido muy difícil porque ahora los buzos sólo han bajado 40 metros, lo único que pueden bajar, y sólo pueden descender tres o cuatro veces al día", declara la reportera.

Por último, la periodista destaca la dificultad de esta investigación porque el fondo del Océano Atlántico en Canarias "es un terreno volcánico, tiene muchas cuevas y el sónar y robot pueden dar alguna pista de dónde se encuentran Anna y Olivia".