El príncipe Hisahito de Japón, única salvación de la familia imperial, al cumplir 19 años: fiestas y su vida actual
El sobrino del emperador Naruhito alcanza un año más este 6 de septiembre, y es ahora cuando se celebran los primeros grandes actos por la llegada a su vida adulta
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Tokio se prepara estos días para mirar hacia el Palacio Imperial, donde el príncipe Hisahito de Akishino soplará sus 19 velas el próximo 6 de septiembre. No se trata de un cumpleaños cualquiera: será su primera gran celebración como adulto, con ceremonias y con la expectación de un país que lo ve como la única pieza clave para sostener la dinastía reinante más antigua del mundo.
Hisahito nació en 2006, cuando la familia imperial japonesa atravesaba un auténtico rompecabezas dinástico. Desde 1965 no había nacido ningún varón en la casa, y la línea de sucesión estaba compuesta casi exclusivamente por mujeres. La entonces princesa Aiko, hija única del actual emperador Naruhito, había conquistado el cariño popular, pero la ley de sucesión japonesa impide que una mujer ascienda al trono.
Su vida actual
Fue entonces cuando la llegada de Hisahito, hijo de los príncipes Fumihito -hermano de Naruhito y actual heredero- y Kiko, se vivió como un respiro. No solo aseguraba el futuro de la institución, sino que frenaba el debate parlamentario que ya exploraba la posibilidad de abrir la sucesión a las mujeres. Desde entonces, este joven ha cargado con una misión histórica: ser la garantía de que la línea imperial continúe sin fracturas.
Más allá del peso simbólico, Hisahito es un joven que intenta vivir con cierta normalidad dentro de los márgenes que permite su condición. Se graduó de la Escuela Secundaria Superior de Otsuka, Universidad de Tsukuba, en marzo de este año e ingresó en la Facultad de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias de la Vida y del Medio Ambiente de la mencionada universidad al mes siguiente para cursar biología. Su pasión: las libélulas.
El hermano menor de Mako y Kako de Japón también ha participado en proyectos de investigación sobre estos insectos y no es extraño verle armado con libreta y lupa en los jardines imperiales. Esta inclinación científica lo acerca a la figura de su abuelo, el emperador Emérito Akihito, reconocido experto en ictiología.
En marzo de este año ofreció su primera rueda de prensa, donde habló de sus estudios y de la difícil tarea de conciliar una vida académica con el deber de representar a una institución que se remonta a más de 2.600 años. "Aunque estoy nervioso ante determinadas situaciones, voy a abordar con cuidado cada una de las tareas que se me encomienden y cumplir mi papel como miembro de la familia imperial", señaló entonces, siendo este el debut de quien, más pronto que tarde, se convertirá en el rostro del futuro de la monarquía.
Las celebraciones
Aunque alcanzó la mayoría de edad legal en 2024, la Casa Imperial decidió posponer la ceremonia solemne de su entrada en la edad adulta para no interrumpir sus estudios. Finalmente, se celebrará este 6 de septiembre con varios actos. Será la primera ceremonia de mayoría de edad para un miembro varón de la familia imperial en los últimos 40 años desde la del príncipe heredero Akishino.
Primero tendrá lugar el Kakan-no-Gi, en el que recibirá una corona ceremonial de manos de un enviado del emperador Naruhito en la residencia del príncipe heredero, y después vestirá el sokutai, un ropaje tradicional, reservado para nobles, aristócratas y miembros de la familia imperial. Este momento es clave para un futuro emperador.
Tras estos dos actos, se desplazará en carruaje ceremonial a los tres santuarios del palacio, en los que ofrecerá plegarias. Por la tarde se celebrará el Choken-no-Gi, donde se encontrará en privado con su tío, el emperador Naruhito, y con la emperatriz Masako.
Finalmente recibirá de manos del emperador la condecoración del Gran Cordón de la Suprema Orden del Crisantemo, otorgada por el Gobierno japonés, tal y como ha anunciado la Agencia de la Casa Imperial.
Un trono en peligro y su única esperanza
La importancia de Hisahito va mucho más allá de lo ceremonial. La familia imperial japonesa se encuentra en una situación frágil: con apenas una docena de miembros activos, y con la ley que obliga a las princesas a abandonar su estatus al casarse, la institución corre el riesgo de adelgazar hasta límites críticos.
La idea de permitir el acceso de mujeres al trono se ha discutido durante años, pero nunca ha prosperado. La sucesión al trono del Crisantemo debería recaer en manos de la única hija del emperador, Aiko, sin embargo, la Ley de la Casa Imperial no contempla esa opción.
Por eso, la figura del príncipe, segundo en la línea de sucesión al trono por detrás de su padre, es vista como la única esperanza tangible de continuidad. Sin él, la dinastía podría enfrentarse a un vacío que obligaría a una reforma constitucional sin precedentes o a la reintegración de ramas colaterales alejadas del núcleo imperial. Su sola existencia ha frenado ese debate durante casi dos décadas. De no tener un nuevo sucesor, Hisahito será el último en poder ser emperador, y con él, y si la ley no cambia, la dinastía desaparecería.