Sara Escudero detrás de cámaras: de su familia a sus perros y su pasión por el Camino de Santiago
La concursante de 'Bailando con las estrellas' es una mujer que adora a sus perros y hacer el Camino de Santiago
Trotamundos, amante de los perros y motero: así es Saúl Ortega, marido de Sara Escudero
Sara Escudero, concursante de ‘Bailando con las estrellas’, ahora está entregada en cuerpo y alma a sus dotes como bailarina, pero se trata de una mujer cargada de buen humor, de risas, de desafíos a los que se enfrenta con vocación. A sus espaldas experiencia como actriz, cómica y presentadora desde hace años. Aunque se crio en una familia de médicos. Estudió Medicina en la Universidad de Salamanca, lo dejó para centrarse en su faceta más artística: el stand-up comedy.
Para la presentadora el humor es su forma de vivir la vida, vida que comparte con su familia, su marido y sus perros, con los que ha crecido espiritualmente y siente una conexión de lo más especial, incluso con los perros que ya no están en su vida.
El deporte es una de sus grandes pasiones al igual que la espiritualidad que le da cada Camino de Santiago que ha hecho. Su primer Camino empezó casi por casualidad ahora se ha convertido en todo un refugio espiritual para la cómica. Toda una filosofía de vida que se ha convertido en su metáfora personal, la vida no se trata de llegar más rápido, sino de disfrutar el camino.
La comedia como forma de vida
Sara Escudero empezó a estudiar Medicina, pues le venía de familia, pero lo dejó para dedicarse a su faceta más artística y cómica, su verdadera pasión y forma de vida.
La presentadora vive en clave de humor su vida, en 2017 se casaba con Saúl, su marido, una boda original inspirada en la película 'Up', donde ella lució un vestido amarillo de cuadros tipo tutú, y los invitados iban vestidos de exploradores. El pasado mes de junio celebraba sus 8 años de casados con un carrusel de imágenes de lo más emotivo. “Han pasado miles de cosas, pero siempre de la mano. Aquella tarde será siempre una de mis favoritas y de las almas que hoy tenemos celebrándolo en otra dimensión. Feliz aniversario, amorcio”, comentaba emocionada.
En su pareja ha encontrado una relación, sólida, creativa y cómplice, está marcada por la cercanía y el cuidado mutuo. Sus padres son otro de los pilares de su vida, la concursante de ‘Bailado con las Estrellas’, celebraba sus 44 primaveras, este verano, rodeada de los suyos. “Cumplir 44 con el mejor oxígeno para dar los saltos que haya que dar es, sin duda, mi mayor y mejor regalo de cumpleaños”.
Nala: su alma gemela
Sara Escudero, tiene muy claro que su vida no sería la misma sin sus perros, parte fundamental de su vida tanto personal como emocional. Para la comica, Nala, no fue simplemente una mascota, sino un verdadero miembro de su familia y, como ella misma decía, su “alma gemela perruna”. Su perra la acompañó en momentos de soledad y ansiedad, convirtiéndose en su apoyo emocional silencioso. Su pérdida fue un duro golpe, para ella, la huella de Nala sigue viva cada día, en recuerdos y en la forma de entender la vida. “Hoy hace cinco años que seguimos juntas, pero con los besos, abrazos y charlas en otra dimensión, mi Nalinchi. El dolor no merma, pero es porque fuiste mi suerte y la ley de vida no (me) es fácil de asumir”, recordaba recientemente, con unas fotos para el recuerdo, en redes sociales.
Tras Nala, llegó Zuri, otra perrita que también se convirtió en pilar de su vida.Al igual que con Nala, Zuri no fue “una mascota” en casa, sino una compañera de viaje, de sofá y de vida.La pérdida de Zuri también fue devastadora, pero Sara habla de sus perros siempre con gratitud, recordando lo mucho que le enseñaron sobre paciencia, amor incondicional y lealtad.
Aunque Nala y Zuri ya no están, Sara sigue acompañada por perros en su vida, Phoebe y Otto son sus nuevos compañeros de vida. Reconoce que cada perro es único e irreemplazable, pero también que abrir el corazón de nuevo es una manera de honrar a los que ya no están.
El Camino de Santiago: una experiencia transformadora
Sara Escudero descubrió el Camino de Santiago hace más de una década. Como ella misma relató en entrevistas, lo empezó casi por casualidad, con la intención de “hacer deporte y desconectar”, pero pronto se dio cuenta de que había algo más profundo en esa senda milenaria. El gran giro emocional de su relación con el Camino llegó cuando decidió recorrerlo con sus perras, Nala y Zuri. Tanto fue así que escribió un libro titulado “El CaNino de Santiago”, donde narra con ternura y humor las aventuras de peregrinar con sus perras. El título ya es toda una declaración: no se trata solo de un camino físico, sino de un “camino canino” lleno de huellas compartidas.
Tras la muerte de Nala y Zuri, el Camino se convirtió también en un lugar de duelo y homenaje. Cada vez que lo recorre, siente que camina con ellas.
