Nacho Abad habla de las críticas que recibe: "De la crítica se aprende, pero los insultos, los borro y los bloqueo"

El 25º aniversario de Vertele no solo fue un reencuentro entre generaciones de televisión, también ofreció una excusa para detenernos y escuchar lo que muchas veces se queda fuera de plano. Entre los asistentes estaba Nacho Abad, periodista de sucesos, rostro habitual de Mediaset y co-presentador de 'Código 10'. En lugar de repasar los últimos titulares o el caso más mediático, nos paramos con él para hablar de lo que no se ve: el desgaste que supone narrar tragedias durante más de veinte años.

Porque aunque estamos acostumbrados a verlo analizando desapariciones, homicidios o sentencias con precisión quirúrgica, hay una dimensión de su trabajo que raras veces se aborda: la personal. ¿Cómo se protege uno frente al horror cuando lleva años mirando al abismo? ¿Dónde queda la familia, el descanso, la salud mental? ¿Se puede vivir contando todo lo que el resto preferiría no saber? "Hay veces que te traspasa… y cuando te pasa, te ha tocado", nos dijo, sin dramatismo, pero con absoluta claridad.

Una respuesta que resume bien lo que implica hacer periodismo de sucesos a diario. Nacho no se pone medallas, tampoco se queja. Simplemente constata una realidad: a veces puedes separar lo profesional de lo emocional. Otras veces, no.

Carcaño, otra vez en el foco

Uno de los casos que, según cuenta, más le ha removido últimamente ha sido el de Miguel Carcaño, condenado por el asesinato de Marta del Castillo. Aunque han pasado más de 14 años, el caso ha vuelto a aparecer en titulares por los supuestos privilegios que Carcaño habría disfrutado en prisión: dispositivos electrónicos, trato preferente, incluso un "mercadillo" propio dentro del centro penitenciario. "Me parece absolutamente indignante", zanja Abad, visiblemente molesto con la situación.

Lo interesante, sin embargo, no es solo su análisis del caso, sino la forma en que habla de su propia relación con él, después de años cubriéndolo desde distintos frentes. Ya no es solo cuestión de contar qué pasó, sino de reconocer lo que pasa por dentro al narrarlo durante tanto tiempo.

Una vida abierta 24 horas

También le preguntamos por algo más íntimo: la conciliación. ¿Cómo se organiza la vida de alguien que, literalmente, está pendiente de los sucesos las 24 horas del día? "No se concilia. Estoy abierto 24 horas. Cuando puedo, le dedico tiempo a mi familia, pero yo no he sabido nunca. Estás de vacaciones y pasa algo, y se suspenden".

Nacho lo dice con total normalidad, aunque en sus palabras hay algo de resignación. Reconoce que sus hijos, al principio, llevaban mal que lo pararan por la calle. Ahora, ya adultos, lo aceptan con indiferencia. Pero ese tipo de desgaste es el que rara vez se aborda cuando hablamos de "informadores".

Más allá del periodista

Detrás de ese perfil serio, preciso, meticuloso que vemos en televisión, está también el padre de dos hijos, el aficionado del Atleti, el que aprovecha sus fines de semana para escaparse a Asturias o a la Feria de Sevilla, el que publica fotos en la Ribera del Duero o en las playas de Alicante. Y el que, cuando se le pregunta por la parte emocional del trabajo, no se esconde.

La entrevista con Nacho Abad no busca el morbo ni el titular fácil. Es una conversación sobre el peaje del periodismo, sobre todo cuando se convierte en una profesión sin horario ni blindaje emocional. Y, quizá por eso, merece ser vista entera. Dale al play y escucha a Nacho Abad sin filtros y hablando en serio sobre lo que implica vivir entre crímenes.