"En vacaciones también trabajamos": así cuentan los presentadores sus dificultades para conciliar
Los presentadores más conocidos de la televisión cuentan cómo intentan conciliar trabajo y familia, cada uno a su manera
Entre rutinas, sacrificios y el apoyo de los abuelos, la conciliación también se convierte en un reto televisivo, ¡dale play!
Hablar de conciliación es, probablemente, una de las grandes conversaciones pendientes de nuestra sociedad. Se discute en el Congreso, se reclama en la calle y se convierte en un quebradero de cabeza en miles de hogares. Pero, ¿qué pasa cuando trasladamos esa misma pregunta al mundo de la televisión, donde los horarios no existen y los directos marcan la agenda?
Esa fue precisamente la idea: preguntar a algunos de los presentadores más conocidos de la televisión cómo gestionan la vida familiar frente al torbellino que supone estar delante de las cámaras. Porque si la conciliación ya es complicada en cualquier empleo, ¿cómo lo será cuando la exposición pública, los viajes o los cambios de guion de última hora se convierten en rutina?
La conciliación, un reto compartido más allá de la televisión
Y lo cierto es que las respuestas no dejaron indiferente a nadie. Entre la sinceridad de unos y la organización milimétrica de otros, lo que queda claro es que no existe una fórmula única. Nacho Abad, por ejemplo, representa esa visión clásica del periodista que vive conectado las 24 horas, para quien la noticia manda incluso en vacaciones. Su forma de responder lo deja claro: en determinados oficios, la conciliación se convierte casi en una utopía.
En el lado opuesto, encontramos a Ion Aramendi y María Amores, que apuestan por un modelo de equipo. No ocultan que ha habido sacrificios, sobre todo por parte de María, que ha ajustado su carrera para poder estar más presente en casa, pero sí reivindican que con coordinación y compromiso mutuo, se puede conseguir un cierto equilibrio. Su testimonio conecta con muchas parejas que, lejos de los focos, también optan por reorganizarse para que siempre haya alguien que sostenga la vida cotidiana.
Marta Flich aporta otra perspectiva, más centrada en lo emocional y en las pequeñas rutinas. Ella habla de tiempo de calidad, de ser la primera persona que ve su hija al despertarse y la última al acostarse. Lo cuenta con la calma de quien ha aprendido a moverse entre grabaciones, debates y platós, sin renunciar a estar presente en los momentos que realmente importan. Una forma de conciliar que no depende tanto de la cantidad de horas, sino de cómo se gestionan.
Y, finalmente, está Roberto Leal, que describe la conciliación como un juego de malabares en el que los abuelos son piezas imprescindibles. Su realidad es la de muchas familias en España: sin el apoyo de los mayores, sería casi imposible sostener el ritmo de dos padres con carreras exigentes. Pero en su testimonio también hay espacio para la esperanza: aunque admite las dificultades, insiste en que su objetivo es que sus hijos recuerden que nunca les faltó presencia.
¿Se puede desconectar en una profesión que nunca descansa?
Lo interesante de escucharles es que, detrás de cada frase, hay un reflejo de lo que viven miles de espectadores. El periodista que no logra desconectar, la pareja que reparte tareas, la madre que busca tiempo de calidad, la familia que se apoya en los abuelos… Cada respuesta es una pincelada de un debate mucho más amplio, que atraviesa profesiones, generaciones y ciudades.
Por eso, más que una simple pregunta, la conciliación se convierte aquí en un espejo. Y lo que muestran estos presentadores es que, aunque la televisión pueda parecer un mundo aparte, en el fondo las dificultades —y las soluciones— se parecen bastante a las del resto de la sociedad.
Si quieres saber cómo lo viven ellos mismos, con sus propias palabras y ejemplos, dale play al vídeo y descubre qué dicen Nacho Abad, Ion Aramendi, María Amores, Marta Flich y Roberto Leal sobre uno de los grandes retos de nuestro tiempo: conciliar trabajo y familia sin dejar de brillar en pantalla.
