Acoso escolar

La influencer Lucía Martínez recuerda con pavor el bullying que sufrió en el colegio: "Una niña me intentó asfixiar"

La influencer Lucía Martínez. Instagram
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El trágico caso de Sandra Peña, la niña sevillana de 14 años que se suicidó por el bullying que sufría en el colegio desde hacía, al menos, un año, ha generado una ola de apoyo a la menor en las redes sociales. Muchas celebridades e influencers han denunciado el extremo al que puede llegar el acoso escolar; un acoso que llevó a Sandra a saltar desde la azotea de su edificio, a pesar de que su familia había dado la voz de alarma en su centro educativo.

Para que sucesos como éste no vuelvan a ocurrir, personajes relevantes en la nube, como la influencer Lucía Martínez, han contado y recontado lo que ellos también sufrieron cuando eran pequeños a manos de sus acosadores. Ahora, ella es conocida en las redes por visibilizar la lesión medular parcial que sufrió por culpa de una hemorragia no tratada durante los peores momentos de la pandemia del covid. Pero, cuando era niña, era una alumna como cualquier otra, a la que le "costaba un poco más aprender" que a las demás:

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"Me rompían los trabajos justo antes de entregarlos"

"A día de hoy, me sigo preguntando qué pasaba por la cabeza de esos niños cuando me estaban pegando sin motivo ninguno. Una niña me empezó a decir que, en el recreo del comedor, me iba a clavar un chuchillo. Decía que me tenía mucho asco, mucho odio, pero yo no sabía por qué. Al final, no llegó a clavarme un cuchillo, sino que, en la cola del comedor, me agarró por detrás y me empezó a apretar por el cuello. Me empezó a asfixiar y me dejó las manos marcadas. Y la gente que estaba a mi alrededor tampoco hizo nada. El profesor que vigilaba no estaba justo en ese momento pero, cuando me vio las marcas, ya se lo conté todo", contó en el podcast BeduckPodcast.

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A raíz de la muerte de Sandra, Lucía ha recuperado este clip que ha republicado en sus redes sociales, junto al texto: "De pequeña me pegaban. Me insultaban. Me daban de lado. Y aunque han pasado años…eso no se olvida. Porque hay heridas que no se ven, pero siguen doliendo como el primer día. A veces cierro los ojos y vuelvo a estar en aquella esquina, sola, llorando, mientras se ríen de mí. Recuerdo cuando me rompían los trabajos justo antes de entregarlos… o cuando se burlaban porque iba más despacio, porque no entendía las cosas igual que los demás. Tengo TDAH, y eso solo hacía que las risas fueran más fuertes y el desprecio más grande. Y aunque ahora soy adulta, esa niña sigue dentro de mí, recordando cada golpe, cada palabra", ha denunciado la influencer.

Por todo ello, ha pedido a los padres a través de sus cuentas que eduquen a sus hijos para que "no se rían del dolor ajeno". Y también para que no miren hacía otro lado, "porque el bullying no solo lo hace quien pega o insulta, también quien lo ve y calla".