¿De verdad el omega-3 es tan bueno para bajar la inflamación?

Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa que el cuerpo necesita para funcionar correctamente, pero que no puede producir por sí mismo
Varios estudios han demostrado que los suplementos de omega-3 pueden ser beneficiosos para condiciones inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide y el lupus
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En los últimos tiempos se ha hablado mucho de la importancia del Omega-3, y en concreto también de la capacidad de los ácidos grasos omega-3 para reducir la inflamación. Un aspecto que ha sido objeto de numerosos estudios científicos y ha atraído un considerable número de miradas tanto en el ámbito de la nutrición como en el de la medicina. Pero, ¿De verdad son tan efectivos realmente?
Para responder esta pregunta el Dr. Carlos Jaramillo, experto en medicina funcional, señala: “La integración de omega-3 en la dieta, ya sea a través de suplementos o mediante el consumo regular de pescados grasos, puede tener efectos beneficiosos en la modulación de la respuesta inflamatoria del cuerpo”.
¿Qué son los ácidos grasos omega-3?
Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada que el cuerpo necesita para funcionar correctamente, pero que no puede producir por sí mismo, por lo que deben obtenerse a través de la dieta. Los principales tipos de omega-3 son el ácido eicosapentaenoico (EPA), el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido alfa-linolénico (ALA). El EPA y el DHA se encuentran principalmente en pescados grasos y algas, mientras que el ALA se encuentra en fuentes vegetales como las semillas de chía y lino.
Los ácidos grasos omega-3 tienen varios mecanismos por los cuales pueden reducir la inflamación:
- Modulación de la producción de eicosanoides: Los eicosanoides son moléculas que desempeñan un papel clave en la inflamación. Los omega-3 pueden disminuir la producción de eicosanoides proinflamatorios y aumentar la producción de eicosanoides antiinflamatorios.
- Reducción de citoquinas inflamatorias: Los omega-3 pueden reducir la producción de citoquinas proinflamatorias como la interleucina-1 (IL-1), la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), que son proteínas que contribuyen a la inflamación crónica.
- Aumento de resolvinas y protectinas: Estas son moléculas derivadas de los omega-3 que tienen potentes propiedades antiinflamatorias y ayudan a resolver la inflamación.
Evidencias científicas sobre la respuesta antiinflamatoria a los omega-3
Son varios los estudios que han demostrado que los suplementos de omega-3 pueden ser beneficiosos para condiciones inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide y el lupus. Por ejemplo, un análisis de 70 estudios encontró que el aceite de pescado redujo significativamente la actividad de la enfermedad, el dolor y la rigidez en personas con artritis reumatoide.
La Dra. Laura Arranz, profesora de nutrición en la Universidad de Barcelona, comenta: “Los ácidos grasos omega-3 son esenciales para una dieta equilibrada y tienen un impacto significativo en la reducción de la inflamación, lo cual es crucial para la prevención de enfermedades crónicas”.
De igual manera, los omega-3 también han mostrado beneficios en la reducción de la inflamación relacionada con enfermedades cardiovasculares. Un metaanálisis realizado por investigadores de Harvard concluyó que los suplementos de aceite de pescado reducen significativamente el riesgo de eventos cardíacos como ataques al corazón y enfermedades coronarias.
Los suplementos de omega-3 pueden ayudar a reducir la inflamación muscular y acelerar la recuperación después del ejercicio físico intenso, lo cual es especialmente beneficioso para atletas y personas que realizan entrenamientos de alta intensidad.
Los ácidos grasos omega-3 parecen ser efectivos para reducir la inflamación, con múltiples estudios y declaraciones de expertos que respaldan sus beneficios en diversas condiciones inflamatorias y enfermedades crónicas. Sin embargo, como con cualquier suplemento, es importante consultar a un profesional de la salud antes de comenzar su uso, especialmente en dosis altas.
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