El plato favorito de Marilyn Monroe que nunca pedía en sus primeras citas

La biblioteca de Marilyn Monroe: entre rodaje y rodaje, siempre que podía tenía un libro entre las manos
Marilyn Monroe habló sobre sus comidas favoritas en entrevistas. Telecinco.es
  • La actriz solía preparar un plato típico de la gastronomía italiana en su casa

  • La dieta de la intérprete estaba cargada de proteínas de origen animal

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Marilyn Monroe falleció siendo muy joven, con 36 años en 1962, pero sigue siendo un icono famoso en todo el mundo décadas después. Su imagen de rubia explosiva y sus trabajos en el cine la convirtieron en una estrella. Todo el mundo sabe que detrás de las cámaras y de los focos, cuando solamente era Norma Jean, vivió muchas dificultades personales.

Aunque hablamos de una gran diva de la época de oro de Hollywood, sus gustos culinarios eran sencillos. La intérprete sentía pasión por la gastronomía italiana y su plato favorito era la lasaña. Sin embargo, no solía pedirlo en los restaurantes en sus primeras citas, sino que le encantaba prepararlo en su casa. Eso sí, ella excluía dos ingredientes a la hora de cocinarlo porque no le gustaban: las aceitunas y los ajos enteros.

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La lasaña tradicional que comía Marilyn incluye como ingredientes imprescindibles la carne picada, el puré de tomate con champiñones y dos tipos de queso, Monterrey y mozarela. También lleva cebolla, perejil, orégano, sal y pimienta al gusto.

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‘The New Fanny Farmer Boston Cooking-School Cook Book’ y ‘The New Joy of Cooking’ son dos libros de cocina de los años 50 que pertenecieron a Monroe y que fueron subastados en 2021. Las ediciones de estas obras que pertenecieron a la actriz poseen un gran valor por lo que se encuentra en su interior. Incluyen notas escritas por ella, listas de la compra y también recortes de otras recetas que ella sacaba de la prensa, como la de una lasaña.

La dieta de Marilyn Monroe

Marilyn Monroe contó a la revista ‘Pageant Magazine’ en 1952 cómo se mantenía en forma. Reveló que su rutina de ejercicios contaba con entrenamientos con pesas durante 10 minutos cada mañana, algo que era poco común entre las mujeres de la época. También habló sobre su dieta, en la que destacaban las proteínas de origen animal: “Mi mayor preocupación solía ser comer lo suficiente. Ahora tengo que preocuparse por si como demasiado”.

La estrella explicó que su desayuno consistía en una taza de leche que calentaba en su habitación de hotel y a la que añadía dos huevos crudos, batiendo la mezcla con un tenedor. Se tomaba esta bebida por las mañanas mientras se arreglaba y vestía. “Lo suplemento con una pastilla multivitamínica y dudo que ningún doctor pueda recomendar un desayuno más nutritivo para una chica trabajadora con prisas como yo”, compartió con el citado medio.

La actriz comentó en su entrevista que sus cenas, cuando no le tocaba comer fuera, eran muy sencillas. “Cada noche paro en el mercado junto a mi hotel y compro un filete, unas chuletas de cordero o un poco de hígado”. Señaló que cocinaba estos ingredientes en un horno eléctrico en su habitación y destacó que los acompañaba con cuatro o cinco zanahorias crudas: “Debo ser mitad conejo, nunca me aburro de las zanahorias”.

Además, Monroe confesó que por aquel entonces solía comprar un icónico helado en su camino de vuelta a casa. Uno de sus postres preferidos era el hot fudge sundae, un clásico americano que pedía a menudo después de sus clases de interpretación. Está formado por una bola de helado de vainilla cubierta por crema de chocolate caliente y otros ingredientes, como nata batida, trozos de frutos secos y una guinda.

Cabe recordar que fue una de las amigas de Andy Warhol, quien solía cocinar para sus amigos en casa. El artista preparaba un singular plato para la actriz: sopa de tomate con higos. Su receta incluía una lata de sopa de tomate, leche, caldo de pollo, puré de patatas, huevo y trozos de higos.