¿Por qué huele la orina después de comer espárragos?

Es probable que después de comer espárragos hayamos notado un olor extraño en la orina. O no, porque este fenómeno no le ocurre a todas las personas
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Se suele decir que comemos por los ojos porque obviamente el aspecto de los alimentos nos influye mucho y nos predispone a la hora de elegirlos o de ingerirlos. La fruta es uno de los ejemplos más recurrentes: preferimos la que tiene una forma homogénea y un color intenso y atractivo, mientras que evitamos comprar la que tiene pequeños defectos, una forma que se sale de lo normal o un color que consideramos poco vistoso.
Al olor de los alimentos solemos prestarle menos atención, aunque sin duda es otro de los atributos que más nos condiciona a la hora de elegirlos y de comerlos. Si no, que se lo digan a todas esas personas que odian la coliflor o las coles de Bruselas por su olor.
También hay quien rechaza los espárragos por este mismo motivo, aunque curiosamente no es por el aroma que presenta este alimento mientras se cocina o una vez que ya están preparados, sino por el olor que aporta a la orina, dado que a muchas personas les resulta desagradable.
¿A qué se debe el cambio en el olor de la orina después de comer espárragos?
Este fenómeno es conocido desde la antigüedad, pero curiosamente se ha estudiado poco. Las investigaciones que se han realizado sobre el tema se han basado sobre todo en hacer análisis de la orina para saber cómo cambia la composición después de la ingesta de este vegetal.
Pero en la búsqueda de esos compuestos hay que tener en cuenta que deben cumplir un requisito importante: tienen que ser volátiles, ya que de lo contrario difícilmente podríamos percibirlos con nuestro olfato.
En un principio se creía que el responsable de este fenómeno era la asparagina (y todavía mucha gente lo piensa). Pero se trata de un aminoácido que está presente en muchos otros alimentos cuya ingesta no provoca esos cambios en el olor de nuestra orina. Es decir, en realidad la asparagina no guarda relación con esto. De hecho, se han realizado estudios en los que se ofrecía este compuesto a varios voluntarios y, después de ingerirlo, no experimentaron cambios de olor en su orina.
En realidad el principal sospechoso es el ácido asparagúsico, un compuesto que apenas se deteriora con el calor del cocinado y que está presente sobre todo en los brotes tiernos de los espárragos verdes.
Se trata de un compuesto que contiene azufre, de modo que cuando lo digerimos nuestro organismo lo metaboliza y lo transforma en otros compuestos azufrados, como metanotiol, sulfuro de dimetilo y disulfuro de dimetilo, que son los principales responsables del ese olor tan característico de la orina.

No siempre ocurre
Hay que señalar que este fenómeno no ocurre en todas las personas. Esto depende del metabolismo individual y está relacionado con variantes genéticas que determinan cómo procesamos el ácido asparagúsico. Algunas personas lo metabolizan de forma que no se generan los compuestos responsables del olor, o bien se producen en cantidades tan pequeñas que no resultan perceptibles.
Por otra parte, también hay que señalar que no todas las personas son capaces de percibir esos compuestos. Es decir, hay quien no puede olerlos, debido a factores genéticos.
Así pues, podemos encontrar cuatro situaciones diferentes:
- Personas que producen orina con olor característico y que pueden percibirlo.
- Personas que producen orina con olor característico pero que no pueden percibirlo.
- Personas que no producen orina con olor característico, pero sí pueden percibirlo.
- Personas que no producen orina con olor característico y que no pueden percibirlo.
Como estos aspectos están estrechamente relacionados con factores genéticos, la proporción de personas que se incluyen en los diferentes grupos dependen en buena parte de la población de la que estemos hablando. En nuestro entorno, es muy habitual que las personas produzcan orina con ese olor y que además sean capaces de percibirlo, pero no ocurre en toda la población.
