Dietas

May Morón, experta en nutrición emocional, sobre las dietas postverano: "No tiene que ser sinónimo de restricción"

Es clave cambiar la relación que tenemos con la comida. getty images
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Más que enero, septiembre es el mes con el que muchos comienzan su año. Se acaban las vacaciones y se da el pistoletazo de salida a un nuevo curso, a retomar la rutina y hacer ciertos cambios en ella, como con la alimentación, donde las dietas tienen un gran protagonismo, aunque no siempre el éxito que se espera. ¿La intención? Borrar el rastro de los excesos de los meses estivales. Un objetivo que, como la coach especializada en nutrición emocional May Morón indica, “no tiene por qué ser sinónimo de restricción y castigo”.

La experta alude a que cada vez que se inicia una dieta normalmente se hace con una mentalidad restrictiva que perpetúa un patrón destructivo capaz de desarrollar ansiedad, culpa al comer o un peso que baja y sube sin control, lo que lleva a las dietas a terminar “siendo parte del problema”.

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"La clave para mejorar la relación con la comida no empieza en el plato, sino dentro de una misma", señala Morón. "El cómo nos relacionamos con la comida es un reflejo de nuestra historia personal: estilo de vida, creencias, educación, gestión emocional... y también de la cultura de dieta en la que hemos crecido”.

De esta manera, la experta en nutrición emocional subraya que las estrategias más tradicionales, como la prohibición de alimentos o realizar un ejercicio excesivo para adelgazar, pueden funcionar en el momento, pero no a largo plazo, ya que van a nutrir el incremento de la culpa y la frustración con la alimentación y con uno mismo.

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¿Cómo realizar el cambio?

Por eso mismo, May Morón expone un enfoque distinto para mejorar la relación con la comida y que de verdad las dietas se conviertan en un hábito saludable alejado de las restricciones:

  • Gestión emocional: aprender a manejar las emociones sin recurrir a la comida como único recurso
  • Revisión de creencias: actualizar ideas limitantes sobre el cuerpo, la comida y el peso.
  • Hábitos sostenibles: implementar cambios duraderos, no soluciones temporales.
  • Reeducación del diálogo interior: transformar la voz crítica en una voz más compasiva.
  • Autocuidado sin restricciones: aprender a cuidarse sin recurrir a dietas limitantes.
  • Recuperar el placer de comer: disfrutar sin culpa.
  • Respeto corporal: habitar el cuerpo desde la aceptación y amor propio, no desde el rechazo.

Este cambio de enfoque, según Morón, no solo libera de la tiranía de las dietas, sino que devuelve algo mucho más valioso: la tranquilidad de comer sin culpa y la reconciliación con el propio cuerpo.

"En lugar de empezar septiembre con otra dieta más, invita a las personas a preguntarse: ¿qué necesito realmente para cuidarme? La respuesta nunca es restricción", concluye May Morón.