Alimentación

Cómo saber si estamos ante un charlatán de la nutrición

¿Cómo saber si seguimos a charlatanes?. getty images
  • Hoy en día recibimos cada día infinidad de mensajes relacionados con la alimentación, muchos de ellos a través de supuestos expertos que aparecen en diferentes redes sociales

  • Pero debemos tener precaución porque no todos son fiables porque algunos pueden poner en riesgo nuestra salud y nuestro dinero

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La alimentación y la salud son dos de las cosas que más nos preocupan. Para comprobarlo basta con darse una vuelta por las redes sociales, donde abundan los mensajes sobre estos temas. Muchos son lanzados por personas que dicen ser expertas en alimentación. Pero conviene tener precaución porque entre esos supuestos expertos podemos encontrar muchos charlatanes o incluso profesionales que lanzan mensajes interesados o poco rigurosos. Esto puede afectar negativamente a nuestra salud y nuestro bolsillo, así que veamos algunas claves para poder identificarlos.  

Propone remedios milagrosos

Si nos dan soluciones simples a problemas complejos, deberíamos desconfiar. Por ejemplo, hay quien dice barbaridades como que el agua con limón en ayunas cura el cáncer. O que tomando un remedio a base de plantas podemos “desintoxicar el cuerpo” y curar o prevenir decenas de enfermedades. Estos mensajes suelen aprovecharse de nuestro miedo o desesperación. Pero conviene recordar que los milagros no existen. 

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Propone dietas infundadas y extravagantes

Las dietas especiales o “diferentes” suelen darnos la sensación de que estamos trabajando activamente por nuestra salud y haciendo algo excepcional. Es uno de los motivos que explican el éxito de las dietas extravagantes. Además, muchas se centran en el peso y son muy restrictivas, así que, al comer menos, perdemos peso a corto plazo y pensamos que son útiles para ese propósito. Pero debemos tener mucha precaución porque la mayoría de ellas carece de fundamento científico y pueden ser peligrosas para la salud. 

Desaconseja alimentos saludables sin base científica 

Muchos supuestos expertos nos animan a eliminar alimentos saludables basándose en argumentos sin evidencia científica. Por ejemplo, hay quien dice que hay que evitar la fruta porque es peligrosa para el hígado o que hay que evitar los lácteos porque tienen hormonas peligrosas para la salud, o las verduras porque tienen pesticidas… En realidad estas afirmaciones no tienen respaldo científico. Aunque ningún alimento es imprescindible, eliminar grupos completos de alimentos sin justificación puede perjudicar nuestra salud. 

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Se centra en nutrientes, sin considerar el contexto

Algunos supuestos expertos solo hablan de “macros”, proteínas, calorías, creatina, omega 3, calcio… sin tener en cuenta los alimentos, la dieta ni el contexto social, cultural o emocional de la alimentación. Esta visión reduccionista puede fomentar una relación poco sana con la comida y fomentar una obsesión por los nutrientes y la alimentación, olvidando el placer de comer, la tradición culinaria o las relaciones sociales que se construyen en torno a la comida. 

Fomenta la obsesión por la comida 'saludable' y la culpabilización

Mucho cuidado con quienes presentan los alimentos “no saludables” como veneno (galletas, chocolates, etc.), los califican como “tóxicos, basura, etc.” y nos hacen sentir culpables por desearlos o consumirlos. Es cierto que esos alimentos pueden favorecer el exceso de peso y el desarrollo de diferentes enfermedades, como diabetes tipo 2. Pero eso ocurre cuando los consumimos de forma habitual o en cantidades elevadas. Pero comer uno de estos alimentos de forma ocasional, en el contexto de una alimentación saludable, no representa un riesgo. Demonizar la comida puede generar trastornos de la conducta alimentaria. 

Sus recomendaciones se basan en productos que vende o patrocina

Si alguien nos hace creer que nuestra dieta es insuficiente y que necesitamos batidos o productos “milagrosos” que “casualmente” ese alguien vende o patrocina, probablemente su mensaje está sesgado por intereses económicos. En principio, vender un producto no tiene por qué ser algo malo, siempre que se declare. El problema está en exagerar o manipular la información para generar una necesidad que no es tal. 

Se centra en la apariencia física, no en la salud

“Gana músculo, pierde peso, recupera tu talla, ensalza tu figura…”. Mucho cuidado con quienes priorizan el aspecto físico por encima de la salud. Estos mensajes pueden generar culpa, ansiedad y trastornos alimentarios. 

También es importante estar alerta ante quienes nos proponen comportamientos de compensación, del tipo: como has comido mucho en navidad, ahora tienes que hacer ayuno e ir al gimnasio para quemar todo lo que comiste”Eso solo favorece una mala relación con la comida. 

No tiene en cuenta los determinantes sociales

Este punto es quizá el más importante de todos. Si el presunto experto solo habla de nutrientes o de peso o de alimentos, pero no tiene en cuenta los determinantes sociales, es decir, las circunstancias que nos llevan a comer como comemos, está obviando un aspecto fundamental.  

La forma en la que comemos depende de múltiples factores: acceso a alimentos, horarios laborales, nivel educativo, poder adquisitivo, entorno familiar, etc. Ignorar todo esto puede llevar a culpabilizar a las personas por sus hábitos, sin entender sus circunstancias.