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De ruta por las confiterías de España: buscamos los turrones top que solo se saben los del lugar

la campana
Las responsables de los turrones de Agramunt que bordan en La Campana (Barcelona). (La Campana)
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Es tiempo de turrones. Oficialmente, ya hace semanas que se abrió la veda que nos permite a todos los españoles ir en busca de los que mejor acogida tienen en cada casa. Así que no se nos ocurre mejor momento para recorrer nuestro país en busca de aquellos turrones joya que hacen las mejores confiterías-pastelerías de cada punto geográfico. Esos que hacen de Bilbao, Santander, Avilés, Vigo, Barcelona, Toledo o Málaga (hay muchos más) un centro neurálgico único de saber y buen producto, y que sólo se saben los de la zona.

Es importante matizar, antes de entrar en materia, que ser un experto en turrones hoy en día va mucho más allá de saber diferenciar entre el duro (Alicante) y el blando (Jijona). Básicamente, porque, desde hace décadas, se viene innovando –a veces muy a lo loco– a la hora de crear turrones que poco o nada tienen que ver –más allá de por su forma– con los clásicos. También hablamos de ellos en este especial turronero que tiene como misión poner en valor esas creaciones en forma de tableta en las que no suelen faltar las almendras (u otros frutos secos), miel y azúcar. Y, ahora sí, vayamos al turrón.

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Turrones que te harán perder el norte

Empezamos nuestro viaje haciendo parada en la zona norte. Allí nos esperan auténticas joyas desconocidas por la mayoría de los españoles, como el turrón de soconusco. Una genialidad que, como tantas otras, le debemos a la gran Martina de Zuricalday. Ella fue la que rescató en el siglo XIX una antigua receta de Latinoamérica para la que se emplean chocolates de alta calidad. Lo que hoy se conoce como el turrón de Bilbao se compone de tres capas que se corresponden con los colores de tres pralinés: blanco, tostado y negro.

El soconusco de Martina Zuricalday, un icono en Bilbao
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Además de en las famosas pastelerías bilbaínas de Martina de Zuricalday, lo puedes encontrar en otras pastelerías vascas como Bizkarra (Bilbao), Iváñez (Bilbao) o Casa Eceiza (Lizarza, Guipúzcoa). Y sin salir del País Vasco, te vamos a recomendar hacer parada estratégica en su capital, allí te esperan excelentes turrones que no son los habituales de estas fechas y que despachan con acierto en Sosoaga (Vitoria) y Goya (Vitoria), dos bastiones de la pastelería vasca con siglos de historia a sus espaldas.

Unos de imperdibles en Cantabria son los de Monerris (Santander), que son todos un absoluto espectáculo: a la piedra, de yema tostada, de avellana… Otra dirección interesante que puedes apuntar es la de la María Luisa, con obrador propio en Liérganes y varias pastelerías distribuidas por la comunidad, donde no solo bordan los sacristanes y los corazones. Damos un pequeño salto hasta Asturias para dar buena cuenta del turrón de mantecado de Avilés, elaborado a partir del postre típico de la ciudad y que popularizó un establecimiento que cerró en los años 90, la Confitería Galé.

El turrón a la piedra que te espera en la capital cántabra

Ahora, La Avilesina (Avilés) ha recuperado esa receta original, cedida por la propia familia Galé, para ofrecer esta elaboración en formato turrón (antes habían hecho algo similar con la tarta de queso). Pero si prefieres algo por Gijón, apunta Federico Verdú –unos maestros elaborando sobresalientes turrones artesanos desde 1882– y El Gaitero, cuyas creaciones de corte clásico puedes encontrar tanto en su tienda online como en locales especializados por el principado. Y a tu pregunta, la respuesta es sí, son los mismos que llevan reinando en el mundo de la sidra desde finales del siglo XIX en Villaviciosa.

Turrón de mantecado de Avilés

De Galicia nos vamos a quedar con los creadores de un concepto (artesanos surrealistas turroneros) que viene haciendo ruido desde el año 2004. Hablamos, obviamente, de Antonio José Vega y de La Formigueta (Vigo), donde puedes encontrar desde piezas con el queso de Arzúa o crema de marisco como protagonistas, hasta un total de casi 200 referencias, a cada cual más sorprendente.

Y en la otra punta del país, no hay que pasar por alto esos turrones de Agramunt que bordan en casas tan fiables como La Campana (Barcelona), Planelles Donat (Barcelona) o la legendaria Torrons Vicens, creada en 1775 y con tiendas a lo largo y ancho del país (y del mundo).

Los clásicos de la meseta central

Empecemos por la capital. Antes de que te abalances sobre nuestras recomendaciones, te advertimos que, aunque Madrid es la ciudad de Dabiz Muñoz, consideramos que de sus turrones XO ya se ha hablado en profundidad y no necesitan de mucho más predicamento. Así que mejor nos echamos a la calle y enfilamos en dirección al centro para destacar el trabajo que hacen en Casa Mira.

En este paraíso dulce, fundado en 1842, dicen que se hace el mejor turrón de España, y lo mejor de todo es que la variedad es amplísima y que todos ellos están elaborados con producto de primera. Visitar su local en pleno Madrid de los Austrias es toda una experiencia, así que no te lo pienses si eres de los que pasan por la zona cada Navidad.

Antes de bajar hacia el sur, vamos a hacer una escapada de ida y vuelta en el día a la ciudad de León. Allí se esconde una tienda de esas que hay que visitar cuando se va de turismo, La Rosaleda (C/ San Pedro, 3), gracias a la cual hemos descubierto el turrón de guirlache de Imperiales Alonso (La Bañeza), una fantasía elaborada artesanalmente únicamente con almendra marcona seleccionada y azúcar. Merece tanto la pena como los que Mazapanes Ruiz (Toledo) ponen a disposición de sus clientes en estas fechas: el duro, el blando, el de guirlache y los dos de chocolate. Ya que vas, no te olvides de llevarte algunos de sus mazapanes, que siempre hay alguien en la mesa que lo agradece.

DSC_3788Clásico turrón de guirlache elaborado artesanalmente con almendra marcona seleccionada y azúcar

La siguiente parada manchega nos lleva a conocer a la familia Requena, que lleva desde 1984 agasajando a sus vecinos con todo tipo de dulces a través de la marca San Andrés. Hoy están presentes en más de 25 países de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica tanto sus turrones como sus demandadas tortas imperiales, que son una institución en Tobarra (Albacete). Y a una hora de allí, en La Roda, los protagonistas –durante todo el año– son los populares miguelitos, que estos días dan la bienvenida a un nuevo miembro en la familia: el miniguelito con turrón de Jijona. Como lo oyes, el dulce de siempre –pastel de fino hojaldre cubierto de glaseado– relleno con una crema de turrón del blando.

En el caso de Extremadura, al igual que ocurre con las dos Castillas, puedes encontrar infinidad de obradores que elaboran diferentes turrones en cada pueblo. Por eso hemos decidido rescatar solo uno de toda la comunidad que viene a representar a todos esos artesanos que hacen un trabajo muy cuidado desde hace décadas. Es el caso de Dos Hermanos, una empresa familiar que es muy conocida en Castuera (Badajoz) y alrededores por su especialización en esta receta: tienen alrededor de 30 opciones diferentes, sin contar con versiones sin azúcar ni esas porciones de turrones individuales que son perfectas para colocarlas en la mesa a la hora del café.

Los turrones artesanos de siempre te esperan en Castuera (Badajoz)

Alicante, capital mundial del turrón

Todo el mundo sabe que en la provincia de Alicante se hacen los mejores turrones del mundo desde tiempos inmemoriales, se habla de 1582, pero nunca está de más recordar a algunos de los artesanos más reseñables de este la Comunidad Valenciana, porque hay vida más allá de Alicante y Jijona. De hecho, nuestro objetivo ahora es reivindicar turroneras de pueblos como Catí, en Castellón, donde aún resisten joyas de la talla de Blasco de Catí. En pie desde 1915, hoy sigue contando con Aurelia Puig como gerente, aunque la fecha de su más que merecida jubilación está cada más cerca. De sus premiados turrones, que han sido mimados al máximo durante cinco generaciones, solo podemos decir cosas buenas, al igual que del resto de dulces caseros que elaboran con tanto esmero y que venden en su tienda o en mercadillos navideños de la zona (sirva como ejemplo el Mercat de Morella).

Blasco de Catí, respetando la radición turronera desde 1915

Sin salir de la provincia de Castellón nos encontramos con Agut de Benlloch, que arrancaron justo el mismo año que sus vecinos de Catí. En este caso nos plantamos en Morella, que es donde se asienta esta fábrica de turrones y mazapanes -pequeña y familiar- que emplea la mejor almendra marcona y miel de romero en sus elaboraciones. Más allá de los clásicos, merecen mención especial su turrón mazapán, disponible en tres versiones (blanco, de café y de yema tostada), y el turrón tres chocolates, que recuerda mucho al soconusco. Deliciosos ejemplares que no tienen nada que envidiar a los que han hecho que Alicante y Jijona sean merecidos lugares de peregrinación en estas fechas gracias al buen hacer de Espí, Galiana, Beamut, Primitivo Rovira e Hijos, Picó, Merche y tantos otros obradores con historia.

Para comer buen turrón hay que venir al sur

Muchos no lo saben, pero en Andalucía también pueden encontrar buenos turrones, aunque es evidente que nunca ha sido un destino famoso por su gran tradición turronera. Por ejemplo, en la capital se encuentra La Despensa de Palacio (Sevilla), que es una empresa especializada en chocolate de alta calidad, pero que trabaja todo tipo de recetas dulces. Y esto incluye no solo mantecados o turrones, sino auténticas joyas escondidas como la torta de Alajú, elaborada con las más selectas almendras enteras, tostadas y recubiertas de miel caramelizada, para luego ser rematadas con dos finas obleas para facilitar la mordida. Sin salir de la provincia, también recomendamos repostar en Gamito (Estepa), donde no solo bordan los famosos mantecados. Aquí se ofrecen auténticos turrones artesanos que garantizan un sabor, textura y aroma incomparables.

Y algo parecido ocurre con la provincia de Málaga, que cada vez está más cerca de poder ser considerada capital andaluza de la gastronomía. En materia de turrones, hay tres pistas imperdibles para todo amante de esta receta navideña: Daver (Ronda), que llevan más de 40 años, cuentan con un Solete Repsol y hacen incluso turrones en barra para aquellas familias numerosas que sean muy muy golosas; Ignacio Mira (Málaga), que además de conquistar a sus vecinos con sus helados, sus excelentes piononos o los turrones clásicos, se atreve con versiones muy originales de esto último (como el turrón de cookies o el de naranja); y, ya por último, Ramos (Caleta de Vélez), que además de despachar siete tipo de turrones tradicionales (pan de Cádiz, frutas, duro, blando, yema, nata con nueces y chocolate con frutos secos), apuestan por tabletas y lingotes de lo más creativos que son perfectos para regalar.