Cómo congelar correctamente las sobras de Nochebuena para Nochevieja

Si nos sobra comida en Nochebuena no hay problema porque es probable que podamos congelarla para poder disfrutarla de nuevo en Nochevieja, pero tomando precauciones
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Por lo general, durante las celebraciones navideñas se sienta mucha gente a la mesa. Esto hace que sea difícil calcular cantidades y acaba sobrando comida. Además, suele tratarse de alimentos caros o de platos que llevan mucho trabajo, así que esas sobras son más valiosas que de costumbre. Afortunadamente podemos conservar la mayor parte sin problema durante días, semanas o incluso meses. Pero para eso debemos tener en cuenta algunos aspectos importantes.
La higiene es fundamental
Lo primero que debemos tener presente es que la higiene es fundamental. Siempre es importante utilizar utensilios y recipientes limpios para manipular los alimentos, ya que de lo contrario se podrían contaminar.
Eso significa que no es buena idea guardar las sobras que ya teníamos en el plato; por ejemplo, una sopa se puede contaminar con las bacterias de nuestra boca cada vez que metemos la cuchara con la que estamos comiendo.
Así que es mejor servirse poca cantidad de comida en los platos para que así las sobras queden intactas en la sopera, la cazuela o la fuente. Si nos quedamos con ganas de comer más, solo tenemos que repetir y servirnos un poco más de comida.
Cuidado con la sobremesa
En las celebraciones navideñas las sobremesas suelen ser largas. Y eso es estupendo. Pero corremos el riesgo de perdernos en conversaciones y descuidar las sobras, que acaban pasando varias horas a temperatura ambiente. Esto puede suponer un riesgo importante porque, en caso de que haya bacterias presentes en los alimentos, pueden multiplicarse muy rápidamente mientras se encuentren a temperaturas de entre 5ºC y 65ºC aproximadamente.
Por eso es fundamental enfriar esas sobras lo antes posible. Para hacernos una idea, se recomienda que no pasen más de dos horas a temperatura ambiente. Aunque cuanto menos tiempo pase, mejor. De hecho, podemos meterlas en el frigorífico o en el congelador en cuanto el recipiente no queme al tacto.

Podemos congelar las sobras, pero no todas
En el mejor de los casos las sobras nos durarán en el frigorífico unos tres o cuatro días (por ejemplo, guisos, sopas, carnes cocinadas, etc.), pero hay alimentos que duran aún menos (por ejemplo, preparaciones con pescado crudo, como sashimi o ceviche). Así que de ese modo no podremos conservar las sobras de Nochebuena para que lleguen hasta Nochevieja. Pero afortunadamente, sí podemos conseguirlo si echamos mano del congelador, al menos en algunos casos. Y es que hay alimentos que es mejor no congelar.
A veces porque su inocuidad puede verse comprometida. Por ejemplo, no es buena idea congelar una hamburguesa poco hecha, porque durante la descongelación podrían desarrollarse bacterias patógenas en la parte interna.
En otros casos la recomendación de no congelar no se debe a que el proceso vaya a comprometer la inocuidad del alimento, sino porque puede afectar seriamente a algunas de sus características organolépticas, especialmente a la textura. Por ejemplo, no es buena idea congelar patatas, pasta, arroz, masas de panadería (hojaldres, empanadas, etc.), verduras (lechuga, acelgas, etc.).

Cómo congelar las sobras
Si queremos congelar las sobras y ya somos conscientes de que la higiene, el tiempo y la temperatura son fundamentales, el siguiente paso es utilizar recipientes adecuados, lo que significa que deben cumplir algunas características muy básicas: que sean aptos para uso alimentario y para la congelación. Podemos conocerlo consultando sus etiquetas (suelen indicarse en la base). También deberían ser herméticos, para evitar contaminaciones y mejorar la conservación (evitar pérdidas de agua, olores extraños, etc.).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el tamaño: si el envase es muy grande el alimento tardará mucho tiempo en congelarse y quedará peor. Además, las sobras serán más difíciles de gestionar, sobre todo a la hora de encontrar hueco en el congelador, de descongelar, de recalentar en el microondas o de hacer el reparto (puede que nos vuelva a sobrar comida y en ese caso ya no podremos aprovecharla de nuevo).
Por eso lo más recomendable es congelar en envases pequeños, incluso por raciones o, como mucho, por tandas, considerando en número de personas que las van a comer o la cantidad que se va a repartir posteriormente.
Por último, es fundamental indicar en el envase algunos datos importantes: la comida que contiene, el número aproximado de raciones y, sobre todo, la fecha de elaboración.
Cómo descongelar las sobras
En primer lugar, debemos tener en cuenta que los alimentos no son eternos: aunque estén congelados se pueden deteriorar. Su duración dependerá del tipo de alimento y de las características de nuestro congelador. Así que lo mejor es consultar las recomendaciones del fabricante, que suelen estar indicadas en el propio aparato (por ejemplo, en un congelador de tres estrellas, la carne puede durar en buenas condiciones unos dos o tres meses sin problema).
También es importante seguir una serie de recomendaciones cuando vayamos a echar mano de esas sobras congeladas. Es fundamental descongelarlas adecuadamente. Se recomienda no dejarlas nunca a temperatura ambiente. Lo mejor es esperar a que se descongelen dentro del frigorífico y consumir antes de que transcurran 24 horas.
Si tenemos prisa podemos utilizar el microondas o la freidora de aire, poniendo el ajuste en “descongelar” y consumir el alimento en cuanto esté listo.
Por último, se recomienda recalentar las sobras suficientemente, hasta que alcancen al menos 72ºC en el interior del alimento. Si una vez que hemos hecho todo esto nos sigue sobrando comida, ya descongelada o recalentada, es recomendable no consumirla porque podría poner en riesgo la salud.
