Flan de huevo, el postre tradicional (y fácil de hacer) que propone 'La Favorita 1922'

'La Favorita 1922' continúa narrando la vida de la marquesa Elena Valmonte desde que abandonó Sevilla y comenzó una nueva vida junto a su doncella en Madrid, ciudad donde abrieron un nuevo restaurante, La Favorita Bistró. En él, capítulo tras capítulo vemos cómo las protagonistas elaboran diferentes recetas de lo más interesantes. En Gastro os las contamos cada semana y en esta ocasión recuperamos una propuesta del que, seguramente, sea el postre más habitual en los menús españoles: el flan de huevo.

Ya en el primer cuarto del siglo XX, que es cuando tiene lugar la historia de 'La Favorita 1922', el flan de huevo era uno de los dulces estrella para poner la guinda a cualquier comida. Una idea tan sencilla como efectiva que se ha extendido a lo largo y ancho del país durante los últimos 100 años.

Cómo hacer un flan de huevo

Aunque hoy en día hay multitud de formas de realizar esta receta, en esta ocasión vamos a optar por su versión más tradicional, donde cada paso ha de realizarse con esmero y atención. No es un dulce difícil de hacer, pero tampoco se puede tomar a la ligera. Hacerlo bien requiere atención a los detalles.

Ingredientes

El paso a paso

En primer lugar para hacer un flan de huevo casero es pelar el limón, ya que lo que nos interesa es su piel, la cual calentamos con la leche y la canela en rama. Una vez que empiece a hervir, lo quitamos del fuego y dejamos que infusione mientras se enfría, lo que no debería llevar más de 30-35 minutos.

Una vez hecho esto, es momento de mezclar los huevos con el azúcar, removiendo con frecuencia, pero sin batirlo. Añadimos la leche infusionada y lo removemos con suavidad hasta que el azúcar se haya disuelto. Después lo colamos. 

Cubrimos la base de los moldes (o flaneras) con una fina capa de caramelo y después echamos la mezcla poco a poco, evitando que quede aire entre medias. Si cuando lo saquemos no tiene apenas agujeritos será buena señal, apenas habremos dejado aire. Cuando hayamos llenado todos los moldes y se haya acabado la mezcla, las ponemos en una fuente y añadimos un dedo de agua antes de meterlas en el horno, el cual deberá de haberse precalentado a 180º con calor arriba y abajo. 

Lo horneamos durante una media hora, en concreto hasta que pinchemos con una aguja en los flanes y esta salga seca. Cuando sea así, apagamos el horno, sacamos los flanes y los dejamos reposar. Transcurrido este tiempo ya podremos disfrutar de uno de los postres más ricos y habituales de la gastronomía española.

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