Solomillo de buey a la tournedó: la receta más francesa de 'La Favorita'

Este plato data de la Francia del siglo XVII, cuando a un carnicero se le ocurrió añadir una tira de tocino alrededor del solomillo
Mollejas de ternera con guisantes y lascas de trufa, otra sugerencia de La Favorita 1922
'La Favorita 1922' sigue aglutinando cada lunes a cientos de miles de personas para ver las aventuras de Elena y sus amigas al frente del restaurante La Favorita Bistró. Un local que no para a pesar de todo lo que sucede a su alrededor y que en su actividad no cesa en dejar interesantes recetas que trasladar a la vida real. Sin ir más lejos, en el capítulo de esta semana aparece esta sugerencia de solomillo de buey a la tournedó, un plato de origen francés, que hace las delicias de cualquier comensal.

La cuna de esta receta estaría en la Francia del siglo XVII cuando, al parecer, a un carnicero se le ocurrió poner una tira de tocino alrededor de un solomillo con el fin de ocultar el sabor del filete que estaba a punto de pasarse. Así surgió esta receta, o al menos eso dice la leyenda, que nos deja esta semana 'La Favorita 1922'. Os contamos cómo hacerla paso a paso.
Receta de Solomillo de buey a la tournedó
Ingredientes
- 4 solomillos de ternera
- 8 tiras finas de beicon o panceta
- 100 gramos de mantequilla sin sal
- Sal
- Pimienta
Elaboración
Preparamos la carne
Salpimentamos la carne de ternera por ambos lados.
Después colocamos las tiras de tocino alrededor del filete y con ayuda de un hilo de cocina lo fijamos para que no se caiga al cocinarlo.
Sellamos la carne
Precalentamos el horno a 220ºC y mientras tanto ponemos una sartén a fuego fuerte.
Cuando esté bien caliente añadimos la mantequilla hasta que se derrita. Entonces echamos la carne y la sellamos por los dos lados.
La metemos al horno
Una vez que los solomillos están sellados por ambos lados los ponemos en una fuente para horno y los metemos unos cinco minutos a 220ºC para que la carne alcance su punto.
Si la preferimos poco hecha o muy pasada, tendremos que calcular el tiempo.
¡Voilà!
Una vez horneados los solomillos, los sacamos, los servimos y ¡a comer!
Es importante que estén calientes para saborearlos bien.
