Pagar o voluntariado: así funcionan los restaurantes solidarios de Jon Bon Jovi
Jon Bon Jovi es el creador del proyecto JBJ Soul Kitchen, unos restaurantes solidarios en Nueva Jersey
El músico lleva más de una década dando de comer a gente necesitada por un precio asequible o por medio de voluntariado
En las últimas semanas un alcalde ha criticado su labor instando al cierre de uno de sus restaurantes temporales
Hace más de una década que una de las grandes estrellas de la música lanzó su propio proyecto filantrópico con JBJ Soul Kitchen. Este proyecto son una serie de restaurantes en Nueva Jersey que Jon Bon Jovi y su mujer, Dorothea Hurley, en su Estado natal que no son al uso, sino que cuentan con un modelo de pago flexible y está destinado a dar comida a personas necesitadas. Y aunque lleva años funcionado perfectamente, una de sus últimas aperturas ha venido acompañada de polémica.
Desde que se puso en marcha ha abierto varios de estos locales por Nueva Jersey, uno de los últimos ha sido un espacio temporal en el interior de la Biblioteca del Condado de Ocean, en el Toms River. El problema viene por parte del alcalde de la localidad, que ha señalado que el restaurante de Jon Bon Jovi ha hecho que aumente la población sin hogar en la localidad, por lo que ha pedido que se retire el proyecto.
Pese a las críticas y la presión por parte del alcalde de la ciudad, la realidad es que la mayor parte de la población de la zona ha acogido con buenos ojos la llegada del restaurante solidario de Jon Bon Jovi. Es más, algunos funcionarios del condado han subrayado que no existen pruebas de un incremento en incidentes relacionados con la llegada de JBJ Soul Kitchen a la ciudad.
¿Cómo son los restaurantes solidarios de Jon Bon Jovi?
Los restaurantes de JBJ Soul Kitchen tiene un modelo de pago flexible en el que el precio sugerido es de 12 dólares por menú. Sin embargo, también ofrecen la opción de contribuir como voluntarios en lugar de pagar, pudiendo con esos servicios pagar la comida de otra persona. “Todos son bienvenidos a nuestra mesa, donde los ingredientes de origen local, la dignidad y el respeto siempre están en el menú”, dice en su web.
A lo largo de estos años han servido más de 208.000 comidas de las cuales el 59% han sido pagadas gracias al voluntariado de la población, mientras que el 41% restante lo ha sido con donaciones económicas.
Cada menú suele tener opciones a elegir para poder comer un primer plato, un segundo y un postre junto con pan y bebida, además de té o café, contando con opciones sin gluten, sin lactosa o adaptándose a determinadas alergias o intolerancias alimentarias.
Un ejemplo de menú es el de las últimas semanas: un primer plato a elegir entre sopa de patata y puerro o ensalada italiana de la huerta. Para el plato principal contaban con cinco opciones: pollo crujiente con costra de parmesano, chuletas de cerdo con sabor a alma, bacalao al horno con cítricos, pasta al horno con espinacas y alcachofas, o sándwich de pollo a la parmesana (para niños). Y para terminar un postre a elección del chef o un plato de frutas.
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