Juntas y revueltas: las dos jóvenes vascas que triunfan con sus sándwiches de huevo en pan brioche

Jesús Rojas 19 ABR 2025 - 08:00h.

Lo que Corea del Sur ha unido que no lo separe nadie. Algo así debieron pensar las artífices de Revuelto, el proyecto que nació en 2022 en Madrid (donde tienen locales en Chueca y Malasaña) y que ahora cuenta con una tercera sede en Sevilla. El concepto en sí consiste en una divertida carta a base de sándwiches de pan brioche que contienen revueltos en los que encontramos diferentes ingredientes y salsas. ¿Te parece demasiado sencillo? Pues sigue leyendo porque tiene más miga de lo que parece.

Nos hemos citado con ellas, con las veinteañeras Naia Parra y Laura Lauzurica, para que nos cuenten más acerca de ese proyecto que nada tiene que ver con las gilgeori toast típicas de Corea del Sur, por mucho que otros medios se hayan empeñado en atribuir al país asiático el origen de las creaciones Revuelto. De esto también hablamos con estas dos amigas, una de Bilbao y la otra de Vitoria-Gasteiz, que no han podido sacar mayor provecho a ese Erasmus que sin duda ha condicionado, para bien, sus —ahora muy ajetreadas— vidas.

"Al principio fue una locura, un boom que no teníamos ni idea de cómo gestionar. Estábamos las dos solas, fue un desastre", nos confiesan el día antes de inaugurar su tercer local en menos de tres años. Afortunadamente, consiguieron coger algo de aire durante el verano de 2023: "Recuperamos la calma, hicimos una reorganización de personal y conseguimos evitar las colas eternas, ahora vamos mucho más rápido". Aunque matizan: "Se hacen colas, sí, pero las sabemos manejar mejor tras haber aprendido de nuestros errores".

A día de hoy, al escuchar estas palabras, nos sigue costando creer que las personas que tenemos delante tengan 24 y 25 años (entonces tenían 22). Así que imagínate las caras que pusieron sus familias en aquel momento: "No se lo podían creer. Ahora nuestras madres nos confiesan que cuando vinieron a la inauguración del primero, en 2022, se fueron casi llorando de Madrid, pensando que no íbamos a vender nada". Y aquí el motivo: "Conocieron El Tigre, que está muy cerca del establecimiento de Chueca, y nos decían: '¿Cómo vais a triunfar si allí te ponen una ración enorme por 5 euros?' (risas) Ahora ya confían un poco más en nosotras".

Pero ellas siempre lo tuvieron claro, al menos desde que acabaron la carrera: "Nos queríamos quedar en Madrid, donde habíamos venido a hacer prácticas. Vimos que había muchísima innovación y un boom en el entorno foodie, así que nos lanzamos. Al principio pensamos en hacer algo con ensaladas, pero vimos que el mercado estaba muy saturado, y además era gente que ya lo había hecho súper bien". Así que no les quedó otra que recordar aquellos tiempos pasados en los que buena parte de su dieta se basaba en unos sándwiches de brioche que hoy ganan nuevos adeptos por minuto gracias a Revuelto.

Pero es importante enfatizar que no todo lo que se descubre en Corea del Sur, ni en ningún otro país, tiene por qué ser originario de allí: "Siempre hemos dicho que conocimos el producto allí, ya que allí hay una cadena especializada en este mismo producto que tiene muchísimos locales. Pero no es algo tradicional coreano, que es algo que la gente se empeña en decir de nosotras (risas)". Sobre todo nos insisten en esto porque puede llevar a confusión: "Hay una comida callejera coreana que es un sándwich que se llama gilgeori toast, que es bastante diferente al nuestro, es otro concepto.

Es más, lo que ofrecen en sus locales ni siquiera es exactamente lo mismo que conocieron durante aquel productivo Erasmus: "Lo hemos intentado adaptar a los sabores más mediterráneos. Tenemos un revuelto de stracciatella con pesto, por ejemplo, que muy coreano no es". Entre los más demandados se encuentra el de bacon cheese, que "sigue siendo el más vendido", aunque "los findes se venden mucho el de pollo y guacamole, que lo sacamos hace un año, y el de "pollo y aguacate". Cómo no será de goloso el asunto que incluso marcas como Petramora se han interesado en hacer colaboraciones con ellas (nosotros las conocimos por esa fantasía llamada Piparra que llevaba una gilda incorporada).

Naia y Laura reconocen que estas acciones temporales, al igual que la que hicieron junto a la influencer Carolina Moura, les permiten "experimentar con otros sabores y probar cosas nuevas". Creaciones que arrasan tanto en los locales como en un delivery que sorprende por lo bien que llega a casa: "No ha sido fácil llegar hasta aquí al tratarse de un producto muy delicado que, además, no se puede aplastar porque pierde su estética, tuvimos que hacer muchas pruebas". Uno de esos grandes avances tiene que ver con el papel antigrasa que "ahora cubre los laterales del sándwich".

Antes de centrarnos en su nueva apertura les preguntamos por el pan, ya que no se parece a ninguno que hayamos probado antes en la capital. "Antes nos lo hacía un obrador pequeño en Madrid que, por desgracia, cerró. Pero como teníamos muy buena relación con ellos, nos dieron la receta. Así que nos tocó buscar otro obrador, también artesanal, y la idea es, si seguimos creciendo, incorporar nuevos. Porque, si se siguen las indicaciones al pie de la letra, sale siempre igual". Cualquier cosa con tal de no dejar a madrileños ni sevillanos sin esa adictiva obra maestra: "Es lo que nos diferencia de aquellos que han intentado hacer algo parecido pero con pan de Makro, se nota mucho cuando se le pone cariño a las cosas".

Del resto se encargan unos revueltos en su punto perfecto de cocción, diferentes ingredientes de origen nacional y unas salsas que redondean la experiencia. Y no hablamos solo de la sweet mayo: "La más especial que tenemos es la yakiniku, que es una salsa japonesa que se hace con salsa de soja y aceite de sésamo". Por cierto, entre sus novedades destacan los brioches de burrata y el de pollo, precisamente, yakiniku. Y sí, nosotros repetiríamos cualquiera de los dos.

Sevilla tiene un color, y ahora también un sabor, especial

Como ya te hemos comentado, estas dos intrépidas vascas, que en su momento se dedicaron a gestionar el bar de una piscina de Ochandiano durante los veranos, acaba de abrir su primera sede andaluza. Y lo han hecho, cómo no, en la capital: “Habíamos tenido muchas propuestas de franquicia antes, pero queríamos asegurarnos de que fuera una en un buen lugar y con unos franquiciados con los que nos identificáramos”. Se refiere a una pareja joven que tiene la misión de replicar el éxito -por duplicado- de Madrid en pleno casco antiguo sevillano. Olé, olé y olé.

Nos comentan que se decantaron por esta ciudad porque guarda muchas similitudes con Madrid: “Se parecen porque aquí también hay muchas cadenas, y también porque están abriendo conceptos que allí han triunfado, desde barbacoas coreanas a cafeterías de especialidad o smash burgers”. Aunque sabemos que hay algo más, una razón de peso de las de verdad: “Otro punto a su favor es que hace muy buen tiempo y que la gente pasa mucho tiempo en la calle o en las terrazas. Eso nos llamó mucho la atención. ¡Ten en cuenta que nosotras somos del País Vasco! (risas)”.

Esto nos obliga, antes de dejarlas disfrutar del momento, a preguntarles por el futuro, que se presenta de lo más halagüeño: “Sí que es verdad que ahora, a raíz de anunciar que estábamos abriendo en Sevilla, nos están saliendo bastantes propuestas, pero no nos queremos comer nuestras palabras. Si siempre hemos dicho que queremos crecer lento, no podemos abrir de repente cinco franquicias”. ¿Ni siquiera en vuestro añorado País Vasco?, les preguntamos. "No nos lo hemos planteado aún. Creemos que es porque nos da un poco de miedo lo de poder fracasar en nuestras propias ciudades, imagínate que allí no funciona. De todos modos, tampoco nos ha surgido una buena oportunidad de abrir allí. Igual tendría más sentido en un futuro, cuando nos volvamos a vivir allí... ¿Quién sabe?".

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