Ruta de la Plata en coche: ¿Dónde parar para comer?
La Ruta de la Vía de la Plata recorre la península de norte a sur a lo largo de más de 800 kilómetros
Esta ruta nace en Asturias, avanza por Castilla y León, atraviesa Extremadura y acaba en Andalucía
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MadridEspaña es un país lleno de maravillas por descubrir. Algunas de ellas son muy conocidas, se han convertido en espacios que los turistas llenan, rincones que los visitantes no se quieren perder, pero otras son mucho menos conocidas, lo que no quiere decir que no merezca la pena verlas o, como sucede con la Ruta de la Vía de la Plata, recorrerlas por lo menos una vez en la vida. Los amantes de los viajes por carretera seguro que han oído hablar de esta ruta, que recorre la península de norte a sur a lo largo de más de 800 kilómetros.
A pesar de que ahora está actualizada, esta es una ruta que ya existía en la antigüedad y que permitía el comercio en el siglo VII a. de C. Esta es la ruta que emplearon las tropas romanas para avanzar hacia el norte y tuvo una gran importancia en la difusión de su cultura entre otras muchas cosas. Esto hace que sean varios los vestigios de esa época que pueden verse a lo largo de los kilómetros que la forman.
La A-66 es una de las autovías más largas de España, lo que hace necesario conocer cuáles son los mejores puntos en los que parar y estirar las piernas, si además coinciden con esos lugares en los que merece la pena comer, mejor que mejor. Esta ruta nace en Asturias (Gijón), avanza por Castilla y León, atraviesa Extremadura y acaba en Andalucía, concretamente en Sevilla.
Cuatro comunidades autónomas que quedan comunicadas por esta ruta histórica, llena de paradas que merecen la pena, porque a lo largo de su recorrido pasa por lugares como Mieres, León, Benavente, Zamora, Hervás, Plasencia, Cáceres, Mérida, Zafra o Carmona, por nombrar algunos de los enclaves más destacados, aunque todos merecen la pena.
Ruta de la Plata en coche: dónde parar para comer
La suerte de recorrer esta ruta es que no solo permite descubrir lugares únicos y llenos de historia, también es todo un viaje por la gastronomía española, porque, tal y como hemos visto, comienza en el norte del país, y acaba en el sur, recorriendo de este modo gran parte del oeste de la misma. Una manera única de poder descubrir nuevos lugares, pero también nuevos sabores porque, a pesar de que muchos aspectos son compartidos, también hay muchos productos y preparaciones que son únicas de cada zona. Recorrer la Ruta de la Vía de la Plata puede ser toda una experiencia en más de un sentido.
Tanto si es punto de origen como si es destino, Asturias puede ser un buen lugar para pararse a comer, descansar y recargar energía, además de sus paisajes, la gastronomía de este lugar merece la pena. Si escoges parar en Gijón, nada mejor que darse un capricho y, tras pasear por el centro, hacer una parada en Farragua. Cocina de autor con platos sabrosos y vistosos, ideal para una ocasión especial.
Si en lugar de comenzar el viaje con el estómago lleno se opta por parar un poco más adelante, León puede ser una opción más que interesante. Si lo que se busca son unas buenas tapas, un imprescindible de esto es El Rincón del Gaucho, donde se recomienda pedir la sopa de ajo. Si el viaje nos lleva hasta Zamora, tampoco hay problema, pues cuente con sitios más que interesantes para disfrutar de su gastronomía. Se puede tomar un arroz a la zamorana en el Restaurante Marta, aunque tienen otras especialidades, como los chipirones a la plancha.
Una vez que llegamos a Extremadura, hay muchos sitios en los que podemos parar, como Cáceres, donde La Minerva recibe al visitante con los brazos abiertos y la mesa puesta. Situado en la Plaza Mayor, trabajan con producto de temporada para dar lo mejor al comensal. Mérida es otro lugar que merece la pena visitar en esta ruta y El Puchero de la Nieta no puede faltar. Ideal para disfrutar de la comida extremeña, aquí se pueden encontrar platos abundantes y, sobre todo, cocinados con mucho cariño (y muy ricos).
Atrás queda Extremadura y nada mejor que acabar el viaje en Sevilla con un buen homenaje y para ello, la gastronomía andaluza es una buena opción. Es una buena idea aprovechar para tomar unas raciones, y puedes quedarte muy contento si vas a El Rinconcillo y disfrutas de sus frituras, o si te sientas un rato en Las Golondrinas, donde sus puntitas de solomillo siempre triunfan. Si prefieres acudir a un restaurante y sentarte a comer en calma, Casa Robles puede ser tu mejor opción.
Esta es una pequeña selección de bares y restaurantes que se pueden visitar en esta ruta, pues hay muchos más pueblos y ciudades que pueden ofrecer descanso al viajero que necesita hacer una parada, disfrutar del paisaje, estirar las piernas y recuperar energías con las preparaciones que tienen para ofrecer.