Chema Ureta, enólogo, sobre la vendimia en una de las bodegas más icónicas de Rías Baixas: “Tenemos una uva muy equilibrada”

De entre todas las bodegas que acaban de terminar –o están a punto de hacerlo– la vendimia, hemos decidido visitar una de las más icónicas de Rías Baixas. Por la sencilla razón de que acaban de fichar a Chema Ureta como enólogo, que tiene la difícil misión de mantener el listón –al menos– tan alto como lo ha dejado Luisa Freira después de dedicar los últimos 26 años a esta bodega familiar ubicada en la subzona de O Rosal que se vale de sus 44 hectáreas de viñedo para facturar vinos que reflejan la esencia más pura del paisaje en el que nacen.

A nuestro invitado, licenciado en Químicas por la Universidad de Santiago de Compostela, se le ve feliz: “Desde que era jovencito, Santiago Ruiz es un referente para mí, estar aquí es un sueño cumplido”, nos adelanta antes de acompañarnos a un lugar (aún más) apacible donde poder continuar con la charla. Lejos quedan ya el calor y la sequedad que se empezó a cebar con estas tierras a finales de mayo y que ha condicionado la manera de afrontar esta primera vendimia de Ureta con la bodega fundada en 1984 que hoy tiene presencia en más de 70 mercados.

Tras cuatro meses en Santiago Ruiz, ¿cómo están siendo las sensaciones?

Muy bien, estoy en una bodega de primer nivel, toda una pionera en la denominación con un viñedo y un vino espectaculares. Tengo la sensación de estar en el top de las bodegas de Rías Baixas. Para mí, en mi carrera como enólogo es un reto más. En una zona donde se trabaja el plurivarietal, donde además de albariño se trabajan otras variedades -como la treixadura, loureriro, caiño blanco, godello… Poder disfrutar de esa diversidad varietal es algo apasionante para cualquier enólogo.

Para el que no te ubique, ¿de dónde vienes?

Vengo de una familia de vinateros que desde los tiempos de mi bisabuelo se dedicó a traer vino de Navarra, que es de donde yo soy. Y a partir de ese momento, tanto mi abuelo como mi padre se dedicaron a ser vinateros que traían vino de Navarra y lo vendían en Galicia. Y yo estudié químicas en Santiago, luego me fui a Madrid a hacer un máster de Enología y Viticultura en la Politécnica de Madrid y mi primer trabajo fue en La Rioja, en Bodegas Faustino. Más tarde me vine a Rías Baixas, en concreto a Bodegas La Laval, donde estuve muchos años. Y hace poquito me vine a Santiago Ruiz, así que esa ha sido mi trayectoria profesional hasta ahora.

Y te has estrenado con una vendimia algo atípica, ya que este año, tan seco y caluroso, la habéis tenía que adelantar.

Así es, arrancamos concretamente el 24 de agosto, muy pronto para lo que es habitual en esta zona. Y a pesar de que ha sido un verano muy seco y de calor extremo, creo que la planta venía preparada para aguantar estos tres meses, que han sido muy duros, porque en invierno y el año anterior fueron muy lluviosos. Hemos tenido una uva muy sana, prácticamente sin enfermedades fúngicas, y muy equilibrada en cuanto a parámetros enológicos. Y en principio, tiene muy buena pinta porque hace unos días vino algo de lluvia, lo que nos ha ayudado a limpiar un poquito la uva y a consolidar esa maduración.

¿Nos vamos a encontrar alguna novedad en el portfolio de Santiago Ruiz próximamente?

Ahora estamos estudiando y valorando la posibilidad de hacer nuevos proyectos, por lo que te comentaba, porque el hecho de tener que trabajar con diferentes variedades da mucho juego y te permite pensar en nuevas referencias. Tenemos ya cosas en la cabeza que se pueden desarrollar en el futuro, pero aún es pronto para desvelarlo.

¿Cómo ha sido coger el testigo de Luisa Freire?

Conocí a Luisa hace muchos años porque la bodega donde yo trabajaba antes estaba pegada a la de ella y tuvimos muchas conversaciones juntos. Para mí, Luisa siempre ha sido un referente y un apoyo desde que me vine a Rías Baixas. Yo creo que, tanto para mí como para la denominación, es un modelo a seguir por su trayectoria profesional.