La expulsión de Mari Cielo dejó a Albert destrozado, pero el hueco de su compañera pronto se vio cubierto con la llegada de Marta Peñate. Pero el consuelo que el concursante esperaba encontrar en ella se está complicando: “Se me está acabando la paciencia, y mira que yo soy una persona paciente”, le confesaba a Sonia Monroy.
Albert abría su corazón con su amiga y le aseguraba que “la convivencia con Marta es difícil”. A él, decía, no le gustan los conflictos ni los gritos y, mucho menos, los chismes, y con su nueva compañera lo tiene todo: “Me hace preguntas que me hacen sentir muy incómodo”.
Sonia Monroy le daba toda la razón a su amigo, y se sumaba a sus críticas: “Está todo el día gritando. Desde que se levanta tengo su voz metida en la cabeza. Tiene una voz que taladra la cabeza”. Resignado, Albert prefería sacar el lado positivo a su difícil situación: “Bueno, es mi pareja y es lo que hay. A ver si esa energía que tiene la dirigimos al objetivo de llegar lo más lejos posible aquí. Ganas tiene y energía le sobra”.
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