Zakxo, el rap que cruzó en patera: "No quiero fama ni dinero, solo busco disfrutar"

En 2018 Zakaría se subió a una embarcación en Agadir (Marruecos) y cuando volvió a bajarse de ella estaba en las Islas Canarias. Así nació Zakxo, el rapero que llegó en patera; un joven marroquí al que le encantaba escuchar hip hop en su país y que al llegar a España por fin se puso a escribir sus propios versos.

"En mi país solo lo escuchaba", dice Zakxo. Le gustaban los raperos franceses, pero también oía a los granadinos Dellafuente o Ayak. Al llegar al centro de menores empezó a escribir. "Lo hacía solo para mi y para mis amigos", cuenta a NIUS, "al principio me daba vergüenza cantar en público".

Al poco de su llegada a España lo trasladaron a Córdoba, donde sigue viviendo. "Aquí me siento como en casa", nos cuenta. Empezó a juntarse con gente que también rapeaba. Uno de ellos le animó a que grabara sus canciones. A pesar de que le daba vergüenza un día se armó de valor y escribió a un estudio de música que había visto por Instagram.

Días más tarde tenía una cita para grabar en Singular Sound. "Fui muy nervioso", sonríe Zakxo recordándolo, "no sabía ni cómo era un estudio". De hecho, nunca había cantado siquiera delante de un micrófono. "No me salía como en casa", bromea, "además tenía la dificultad del idioma". Con ayuda del productor las canciones de Zakxo empezaron a tomar forma.

Ahora Zakxo tiene 23 años, ya ha grabado varios temas como "Clandestino", donde cuenta su propia historia. "Hablo de mi, pero también hablo de mis amigos, de historias de gente cercana", explica a NIUS, "no solo de sufrimiento". Zakxo hace música para divertirse y también para divertir.

Música, estudios y trabajo

Cuando no está rapeando Zakxo estudia. Está matriculado en un grado superior de Integración Social, pero este año ha tenido que aplazar los estudios debido a los horarios de su trabajo como peón de almacén. "Los compañeros me piden que les rapee mis canciones", nos cuenta. Sin embargo la vergüenza le puede y suele zanjar las peticiones y bromas con una sonrisa silenciosa.

"Si llegara bien, pero yo no quiero fama ni dinero", dice Zakxo, "solo busco disfrutar". Aun así, su fama crece dentro y fuera de Córdoba. Sus vídeos y sus canciones también han llegado a su barrio en Agadir y de allí le llegan mensajes de apoyo, pero también de sorpresa. Porque Zakxo salió de Marruecos oyendo música y ahora Marruecos y el resto del mundo oye sus temas.