Las cinco piezas imprescindibles del recién inaugurado Museo de Lola Flores en Jerez

Lola era en sí un museo, había que verla. El arte paseaba por sus venas y salía por sus manos y sus piernas. Si bailaba era arte, si hablaba era arte... si callaba también era arte. Lola Flores tenía la condición de eterna desde que era pequeña. Hoy sus cosas están en un edificio para que todas las vean, pero ella era el museo y hace años que cerró sus puertas.

Sin embargo, algunos de los objetos que ya se muestran en su nueva casa dejan cuenta de lo que fue su estela. La increíble capacidad para elevar a extraordinario cualquier anécdota... Y eso es lo que ha hecho de estas cinco piezas, cinco historias llenas de vida que muestran lo que fue Lola a quien las observa. 

1. Traje de novia

Ni blanco ni largo, el vestido de novia de Lola Flores era gris perla y corto. La propia artista le pidió a la diseñadora Asunción Bastida que lo cortase. Así podría presumir de zapatos y estaría más cómoda en una boda íntima que se celebró a las seis de la mañana en El Escorial. Solo había 22 invitados, entre ellos Carmen Sevilla.

Ahora, gracias a la donación de la familia, todos podrán contemplar el vestido de alta costura que usó la artista para casarse con el Pescaílla el 27 de octubre de 1957. La anécdota de ese día llegó con el 'sí, quiero'. Cuando el cura preguntó si alguien veía algún impedimento para ese matrimonio, Lola le susurró: "Cállese, padre, no vayamos a liarla a última hora".

2. Los dibujos de Lola

Entre el material que se puede contemplar en el museo, hay una serie de dibujos realizados a mano por la propia artista que nos muestran una Lola diseñadora. Son algunos de los vestidos que ella misma dibujaba y que entregaba a los modistos llenos de anotaciones para que le confeccionaran... Diseños que no muestran lo que vestía Lola, sino el vestuario con el que soñaba la Faraona

3. Bata de cola de la película de Carlos Saura

Quince segundos dura el movimiento de cámara que recorre la bata de cola de Lola Flores en la cinta "Sevillanas" de Carlos Saura. Fue la última película en la que participó la artista. Ahora la impresionante bata de cola con volantes negro ribeteados en blanco, que ha recorrido ya varias exposiciones, permanecerá para siempre en el museo de Lola como recuerdo de aquellos casi tres minutos en los que bailó por última vez delante de una cámara de cine.

De hecho, una fotografía realizada por el propio Carlos Saura a Lola Flores durante el rodaje se ha instalado en la fachada del Museo de Lola Flores y con ella se da la bienvenida a los visitantes. El director aragonés autorizó el uso de la imagen la misma semana que falleció.

4. Premios y reconocimientos

Los homenajes que recibió en vida y los que llegaron tras su muerte están expuestos para su reconocimiento. Desde la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo que le entregó en 1994 el entonces ministro José Antonio Griñán, hasta el título de Hija Predilecta de Andalucía recibido este mismo año.

Además, Lola Flores fue distinguida con el Lazo de Dama de Isabel la Católica en 1962 por su trayectoria en América, que también se puede ver en el museo. Al recibir este último título, Lola le dijo al ministro José Solís: "Permítame recordarle que Carmen Amaya fue la primera mujer que cruzó el charco"... y con ella decidió compartir la distinción. 

5. Pendientes del Florida Park

"Bueno, ustedes me lo vais a devolver porque mi trabajito me costó", dijo Lola Flores sobre el escenario del Florida Park tras perder un pendiente en oro. El pendiente valorado en cerca de 6000 euros bien merecía la pena parar toda una actuación en directo. Ahora la anécdota brilla en el museo de Lola, pero para saber si está también el que perdió, hay que visitar la muestra.

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