Preocupación en Málaga por la falta de relevo generacional entre los espeteros

Preocupación en Málaga por la falta de relevo generacional entre los espeteros. Telecinco
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En Málaga crece la preocupación por el futuro de los espeteros, los tradicionales asadores de pescado que trabajan en los chiringuitos de playa. Los profesionales con más experiencia alertan sobre la falta de relevo generacional, una situación que pone en riesgo la continuidad de este emblemático oficio malagueño.

El problema, según los veteranos, radica en las duras condiciones de trabajo: jornadas largas, calor sofocante, humo constante y el contacto directo con el fuego. La falta de candidatos pone en peligro este sencillo majar típicamente malagueño.

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Miguel, un joven espetero de 19 años, representa una excepción dentro de su generación. Aprendió el oficio junto a su padre, siguiendo los pasos familiares desde muy pequeño. Aunque reconoce que no es un trabajo fácil, considera que con paciencia y dedicación, se puede aprender y disfrutar de la profesión.

Falta de mano de obra joven

Los veteranos destacan que, a pesar de la dureza, el trabajo de espetero empieza a revalorizarse. Muchos aseguran que, años atrás, el oficio no estaba bien considerado, pero ahora reciben propuestas desde numerosos locales que buscan mantener viva la tradición.

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Sin embargo, la realidad es que falta mano de obra joven dispuesta a asumir el reto. El rechazo al olor a humo, al pescado y a las condiciones del entorno hace que cada vez menos personas estén interesadas en aprender.

El espeto, un símbolo gastronómico de la Costa del Sol, corre así el riesgo de perder parte de su esencia si no se garantiza el relevo generacional. El reto será lograr que las nuevas generaciones encuentren en esta labor no solo un trabajo, sino una herencia cultural valiosa.

Mejor época del año para el espeto

Para disfrutar del espeto en su mejor momento del año, los malagueños siguen una regla tradicional: evitar los meses que contienen la letra "r". Desde mayo hasta agosto, la sardina alcanza su máxima calidad, mostrándose más jugosa y sabrosa.

Esta costumbre tiene una base científica: durante estos meses, el agua del mar se calienta debido a las altas temperaturas, lo que provoca un aumento en la proliferación del plancton, el alimento principal de las sardinas. Al alimentarse en mayor cantidad, las sardinas acumulan más grasa, lo que mejora notablemente su sabor y textura al ser asadas.