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La aventura de Rosa y Ben, devolverle la vida a una vivienda de 1929 en el corazón de Almería: "No deja de sorprendernos"

Rosa y ben posan en la fachada de su nuevo hogar
Rosa y ben posan en la fachada de su nuevo hogar. Redes Sociales
  • Una joven pareja inicia la reforma de una casa del años 1929 en el centro de Almería que había permanecido cerrada durante más de 30 años

  • La vivienda, que conserva objetos y documentos de hace casi un siglo, está siendo recuperada por sus nuevos propietarios, que comparten el proceso en redes sociales

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AlmeríaLa historia de Rosa y Ben comienza lejos de la casa que hoy intentan devolver a la vida. Ella es de Antas, en Almería y él, del norte de Francia. Se conocieron hace dos años y medio cuando ambos esquiaban en los Alpes, y desde entonces han vivido en varias ciudades europeas, antes de tomar una decisión que cambiaría su rumbo e incluso sus trabajos, instalarse en el sur. Pero para ello han tenido que embarcarse en la monumental reforma de una vivienda casi olvidada del siglo pasado, toda una aventura.

Rosa trabaja actualmente en Barcelona, y es allí precisamente donde surgió la idea. "Los precios aquí son desorbitados", explica. En paralelo, Ben, con una sólida experiencia en reformas en Francia, había sugerido buscar casas antiguas que pudieran tener potencial. Así, navegando por un portal inmobiliario, encontraron un anuncio sin fotografías. Pero a pesar de la falta de información visual, aseguran que sintieron una buena corazonada y escribieron al vendedor mientras conducían hacia Barcelona. Poco después estaban en Almería, entrando por primera vez en la vivienda que cambiaría sus planes.

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Un proceso judicial, un precio por debajo de mercado y un sueño que se acercaba

"Desde el principio vimos que tenía mucho potencial, así que tardamos 30 segundos en decidirnos", recuerda Rosa. La casa, construida en 1929, llevaba más de tres décadas cerrada y se encontraba inmersa en un proceso judicial, lo que reducía significativamente su precio. Aun así, mantenía intacto su atractivo, 341 metros cuadrados útiles distribuidos en tres plantas, con 12 habitaciones, dos baños, un aseo y dos cocinas. La estructura estaba en muy buen estado y la ubicación, a pocos pasos del centro, era un valor añadido.

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Una casa antigua, señorial, casi palaciega que perteneció a una familia adinerada de la ciudad en aquellos años, iba a convertirse en el nidito de amor de una joven pareja aventurera. Hasta 16 meses tardaron en conseguir las llaves y las escrituras, pero, ahora sí, ha comenzado la segunda parte de esta historia tan real como fantástica.

Rastro de todo ello han ido dejando en sus redes sociales, donde por ejemplo compartieron el momento en el que Rosa abría la puerta de su hogar por primera vez: "Pensando cómo narices vamos a transformar todo esto", escribía, y desde entonces la cuenta se ha convertido en un diario visual del proceso. Desde el estado inicial, intacto tras tres décadas de silencio, hasta los objetos que aparecen en cada rincón, detenidos en el tiempo.

Años de historia que asoman en cada habitación

La vivienda, según cuentan, "sobrevivió a los bombardeos de la Guerra Civil" y en su interior conserva elementos originales que quieren mantener. Por protección patrimonial no pueden intervenir la fachada, pero sí todo lo que queda dentro de sus cuatro (inmensas) paredes. Sus planes pasan por restaurar puertas y ventanas, pero respetándolas, al igual que la escalera principal, que definen como "espectacular" y parte esencial de la historia de la casa.

Lo primero que han descubierto es que dentro la casa está saturada de objetos acumulados a lo largo de generaciones. "Hemos llenado ocho furgonetas solo de cartón", explica Rosa. Entre los hallazgos más llamativos mencionan una partitura de piano, una chequera del año 1928, un recibo de una Vespa por 40.000 pesetas, y una cartilla veterinaria de 1940 con permiso para tener 18 gallinas. Incluso han reservado una habitación completa para almacenar lo que llaman "tesoros".

Algunos de esos objetos se han hecho virales en sus publicaciones, como una colección de abanicos de seda y hueso tallado a mano, datados en torno a 1930; o un pequeño gato de cristal de Swarovski que encontraron envuelto, como un regalo nunca entregado. "No deja de sorprendernos. Y nosotros, de imaginar su historia", escribieron.

Una reforma que avanza despacio y sin prisa

La reforma avanza despacio. "Queremos hacerlo tranquilamente y poco a poco", cuenta Rosa. Ahora están con la cocina de la planta superior, y después continuarán con uno de los baños. Antes impermeabilizaron el terreno y empezaron con las primeras limpiezas profundas. Lo que nunca imaginaron es que ese proceso iba a revelar tantos secretos guardados bajo polvo: "lo estamos disfrutando".

Ben, que estudió Derecho pero nunca ejerció, lleva años dedicado a las reformas; Rosa, gerente de marketing en una multinacional, está preparando el cambio más complejo, el de dejar su trabajo en Barcelona para mudarse de forma definitiva a Almería, así que para ellos los cambios no han hecho más que empezar.

Conviven además con dos perros, Luci y Dalí, que ya corretean por las habitaciones vacías. Y es que, gracias a esta familia, la casa, con su historia en pausa, empieza a despertar.