La pareja de la madre del niño de Almería cambia su versión: "Fue un ritual de sanación fallido, no un asesinato"
La defensa de la pareja de la madre de Lucca, el niño asesinado en Almería, da un giro inesperado al caso
La coartada que preparó la pareja de la madre de Lucca, el niño de Almería, tras asesinarlo: "He salido a ver si la veo, y nada"
La investigación por la muerte de Lucca, el niño asesinado en Garrucha, Almería, ha dado un giro inesperado tras conocer el testimonio de la pareja de la madre, Juan David Rivera Cadena, considerado como principal investigado del caso tras conocer que violó y agredió al menor hasta la muerte.
El sospechoso ha presentado un escrito ante el Juzgado de Instrucción número tres de Vera en el que pide múltiples pruebas científicas para poder demostrar una teoría que sostiene sobre la muerte del pequeño. “Lucca no fue asesinado a golpes, sino que fue víctima de una praxis ritual peligrosa o pseudoterapéutica que salió mal”. Manuel Martínez Amate y Diego Ricardo Molinari, abogados de la defensa, han confirmado que su objetivo es desmontar la calificación de asesinato u homicidio doloso para dirigir el caso hacia un homicidio imprudente.
La defensa alega que nunca hubo una intención de matar al menor, sino que el acusado quería “curarlo” mediante métodos no convencionales. La autopsia del menor reveló que murió de un ‘shock hipovolémico por desgarro hepático y politraumatismo abdominal’, lo que interpretaron como resultado de una brutal agresión. Sin embargo, la defensa argumenta que, debido a que no existen fracturas externas, esa lesión es compatible con “maniobras de comprensión mecánica rítmica o sostenida”.
Alegan prácticas de 'rituales y métodos curativos no convencionales'
En el escrito que presentaron, explican que el traumatismo que presentaba el menor tras su muerte, es compatible con prácticas de manipulación corporal agresiva propias de rituales de purificación “donde se ejerce presión extrema sobre el abdomen del menor para ‘expulsar’ ciertos males”, informa 'Diario de Almería'.
Además, también se refieren al uso de “agua bendita” y otros elementos espirituales que reflejan el atestado policial. Ante estos argumentos, piden al juez que realicen un análisis toxicológico más amplio para que pueda detectar alguna sustancia que no haya sido identificada previamente.
Lo que quieren con esta prueba es poder encontrar restos de alcaloides pirrolizidínicos, ácido aristolóquico y aceites esenciales toxicológicos, los cuales pueden provocar necrosis hepática fulminante y hemorragias internar.
También han pedido que analicen el cuerpo de nuevo para ver si hay restos de “biomarcadores de estrés metabólico”, los cuales pueden estar provocados por ayunos forzados o ingesta de purgantes drásticos. El documento presentado en el juzgado también pide que se realice una pericial de contexto antropológico para determinar si el niño estaba siendo sometido a terapias alternativas como “curanderos”.