Jordi Janés, alcalde de Alcarràs, el pueblo de película en el campo de Lleida: "Aquí nadie duerme en la calle ni en chabolas"

Alcarràs (Lleida) ha saltado a la fama en 2022 por la aclamada película de Carla Simón, con 11 nominaciones a los Goya 2023. Ubicada a 8 kilómetros de Lleida, vive del campo, tal y como refleja el film. También fue foco de polémica el verano pasado cuando el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena (ERC), acusó al alcalde Jordi Janés (Junts) de alianza "con la extrema derecha".

Janés (Molins de Rei, 1977) se estrenó al frente del Gobierno municipal en 2019 y ha anunciado su candidatura a las municipales de mayo de 2023. Janés también se ha convertido en portavoz de la lucha del agricultor a raíz del rodaje. Denuncia que las leyes del campo se deciden en la ciudad por personas que desconocen su realidad.

Pregunta: Háblenos de Alcarràs.

Respuesta: Somos una localidad que vive de los servicios al agricultor y ganadero. Entre 2000 y 2009 pasamos de ser 5.000 vecinos a 10.000 por el boom inmobiliario. Recibimos población de Lleida e inmigración que venía a trabajar al campo y se ha quedado. El 30% de los vecinos son inmigrantes, tenemos 52 nacionalidades diferentes. Tenemos la cooperativa de fruta dulce más grande de Europa y también somos productores de carne, con más de 260.000 cabezas porcinas y 77.000 cabezas bovinas.

P: ¿Es su primer mandato en el Ayuntamiento?

R: Sí. En 2019 obtuvimos cuatro regidores y pactamos con un partido local, Agrupació d'Electors, con los que gobernamos durante año y medio. Ahora no somos socios de gobierno por desavenencias. Ahora gobernamos en solitario.

P: Ya ha anunciado candidatura.

R: Sí, me vuelvo a presentar para mejorar los resultados y acabar los proyectos que hemos puesto en marcha.

P: ¿Cuáles son?

R: Construimos la rotonda en la N-II, que conecta con Lleida, justamente la del cartel de la película. Era un cruce de cinco calles con muchos accidentes. También hemos acabado de construir el segundo cementerio, para dar cobertura al crecimiento de población de los últimos años, y hace poco nos han anunciado que podremos construir un segundo instituto. Es una gran noticia porque el actual está muy tensionado.

P: La película 'Alcarràs', de Carla Simón, ha sacado a la palestra la crisis del campo. ¿Refleja las luchas de la localidad?

R: La regresión del campo es constante. La película es una obra de arte que explica lo que pasa en todas partes. Al campesino le imponen restricciones medioambientales diseñadas en las ciudades que no conocen nuestra realidad. Hace unos meses nos prohibieron quemar los restos de la poda y no saben que las del olivo se deben quemar si no quieres que un hongo se propague y contamine al resto.

P: ¿Qué problemas preocupan estos días a los agricultores de Alcarràs?

R: Sufrimos la crisis de precios. Producimos fruta de calidad ecológica, lo que incrementa los costes, pero nos la compran a precios de risa. Perdimos el 85% de la cosecha de fruta dulce el verano pasado por las heladas de abril. Los payeses intentan sobrevivir, han cogido ganado para complementar sus ingresos, ceden parcelas a las renovables para asegurarse una jubilación, pero los jóvenes no quieren continuar el negocio, no les da ingresos ni para comprarse una casa. Ahora estamos viendo cómo grandes empresas compran muchas hectáreas de cultivo para producir lo que les parece pero sin conexión con el territorio.

P: ¿Qué piden a las administraciones?

R: Aquí tenemos el problema de la burocracia. No puede ser que en Cataluña un agricultor tenga que esperar cuatro años para construirse una granja porque no le dan los permisos. Muchos se van a Aragón, que permite ir presentando los informes conforme vas acabando la obra. Durante la campaña de la fruta, entre abril y septiembre, el agricultor puede tener hasta tres inspecciones por trabajo ilegal, cuando no existe. Van a por ellos, no les dejan descansar. Llegan tres o cuatro patrullas con agentes armados como si fuera una operación antiterrorista.

Aquí nadie duerme en la calle ni en chabolas. No puedes colgar el muerto a los payeses, lo encontramos muy indigno.

P: Las entidades denuncian cada verano la contratación ilegal de temporeros o personas durmiendo en las calles de Lleida.

R: No es cierto lo que reflejan. Son gente durmiendo en la ciudad, no en los municipios. Muchos vienen a buscar una oportunidad laboral pero nunca han trabajado en el campo, no se puede llamar temporero a una persona que no ha venido nunca al campo. En los municipios tenemos planes para alojarlos. Los agricultores ya llaman a sus temporeros año tras año y si repiten es porque tienen un trabajo digno. Los asentamientos acabaron hace años. Aquí nadie duerme en la calle ni en chabolas. No puedes colgar el muerto a los payeses, lo encontramos muy indigno.

Estamos dolidos con el mensaje que se da cada verano y gracias a la película se ha visto la realidad. Hay buen rollo, no hay guettos y muchos han pasado a ser vecinos, algo de lo que estoy orgulloso.

P: ¿Qué promesas electorales ha hecho para los próximos comicios?

R: Las queremos hacer con los pies en el suelo. Con la subida de precios y del coste de los suministros tenemos menos capacidad para invertir pero hay proyectos como un nuevo pabellón deportivo, la rehabilitación del casco antiguo. También queremos ser referentes en bioeconomía reaprovechando los residuos del campo.

P: ¿Qué proyectos de economía circular tienen en marcha?

R: La producción de carne y fruta genera residuos, como el estiércol o los desechos de la poda de árboles. Transformamos los restos de la poda en pellets y tenemos una planta que seca el estiércol y lo convierte en compost. De ser un residuo que puede ser agresivo para nuestro suelo, se transforma en compost orgánico de alta calidad y ecológico. Las empresas de adobo ya nos lo están comprando. Luego también tenemos plantas de biogás a partir de estiércol, purines y restos de fruta mermada. Obtenemos metano, que sería el gas natural verde, que podemos inyectar a la red de gas natural. Sólo con nuestros residuos podemos abastecer a las empresas del pueblo de este gas verde.

P: ¿Cómo participa el ayuntamiento?

R: La planta de compostaje fue iniciativa de los ganaderos. La Generalitat y la Diputación se interesaron en ella y ahora invierten en las plantas junto a las universidades para replicarlas en otros puntos. El ayuntamiento depositará allí la fracción orgánica de la recogida de basura puerta a puerta y a la vez no tendremos que pagar por la destrucción de la fracción orgánica.

La polémica del Conseller Elena fue un calentón de verano

P: En verano el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, lo acusó de mantener relaciones con la extrema derecha.

R: Fue un calentón de verano. Elena llegó a Alcarràs para hacer el mitin. Alguien de su partido del pueblo le dijo que nos relacionábamos con la extrema derecha y él lo soltó, sin conocer la realidad. Creo que le faltó la elegancia de la disculpa pero tampoco le doy más importancia.

P: ¿Qué hay de cierto del partido al que acusaba de pertenecer a la extrema derecha?

R: Agrupació d'Electors es un partido del pueblo con perfiles muy distintos de interés puramente municipal. Fue un ataque de ERC a modo de insulto hacia nosotros pero injusto hacia ellos porque no hay nadie de extrema derecha. Yo, que me considero socialdemócrata, veo a algunos miembros de Agrupació d'Electors más a la izquierda.

P: Fueron socios de Gobierno durante año y medio.

R: Sí, hasta 2020. No nos entendimos con el líder de Agrupació d'Electors.

P: ¿Quiénes son sus principales adversarios para estas municipales?

R: ERC, que fueron los ganadores, y Agrupació d'Electors, que agrupan a perfiles muy diversos y tienen un interés puramente municipal.