Cursillo intensivo de sardana en Argilaga, el pueblo de 200 habitantes que quiere conservar las tradiciones

Curso de sardanas en Argilaga (Tarragona). Associació Cultural l'Argilaga
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TarragonaDice Joan Maragall en uno de sus poemas que "la sardana es la danza más bella de todas las danzas que se hacen y se deshacen"; pese que hace unos años parecía que se trataba de una tradición en decadencia, muchos observan hoy un renacer del baile popular catalán, y así lo demuestra la afluencia en las plazas de baile.

En el pequeño pueblo de Argilaga (Tarragona), que apenas llega a 200 habitantes, se han puesto manos a la obra para contribuir a la restauración de la sardana y han recuperado este año su cursillo intensivo, que ya celebraba todos los julios antes de la llegada del covid.

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"Temíamos que no viniera nadie", cuenta Sefa Torné, sardanista y coordinadora de la Asociación Cultural de Argilaga; años antes se habían juntado grupillos de diez o doce personas, pero creían que haber parado el curso durante tres años les podría haber perjudicado.

Para su asombro, no fue así, 70 personas acudieron a la llamada que habían hecho difundiendo carteles y mensajes en redes sociales en los pueblos de alrededor. "Muchas personas sienten la sardana como algo muy nuestro y quieren reivindicarlo", dice Sefa, que ha observado entre los participantes que se juntan cada jueves de 19 a 20 en el casal del pueblo. "Y no es solo algo de gente mayor", sigue, pues la mayoría de los que se han apuntado tienen entre 30 y 55 años.

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Los profesores del Casal Tarragoní, una entidad cultural sin ánimo de lucro que vela por la transmisión de la cultura catalana haciendo especial hincapié en la sardana, se han ofrecido a dar las clases de manera gratuita a estos vecinos, entre los que también hay niños y niñas.

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Bailar en la plaza

El objetivo de este curso, explica la coordinadora, es "que todo el mundo pueda meterse en una anilla" cuando esté en alguna plaza en la que se estén bailando sardanas y no tenga miedo de hacerlo por desconocimiento. "La parte popular de la sardana, de bailar en las calles y las plazas, es lo más bonito", asegura Sefa Torné con emoción de poder compartir este baile en el que ella ha llegado a ser profesional de competición.

Viendo el éxito que se ha generado con este curso y el interés que percibe entre los ciudadanos, no solo de su pueblo, Torné cree que "en las fiestas mayores los ayuntamientos deberían contratar coblas para poder hacer bailadas con música en directo, como se hacía antes"; pues, asegura, que si no se practican de vez en cuando esta tradición corre el riesgo de perderse.

Asimismo, opina que debería también enseñarse en los colegios de primaria. Los niños "son el futuro"; asegura que es la mejor manera de transmitir la cultura a las siguientes generaciones.

De momento, en Argilaga este jueves terminarán el curso con una cena y su propia bailada de sardanas, con el plan de seguir bailando todo el año y juntarse de nuevo el julio que viene para seguir aprendiendo "la danza entera de un pueblo que quiere y avanza dándose las manos", volviendo de nuevo al poeta de la Renaixença.

La canción del verano

Aunque Torné cree que en el caso de Argilaga no ha tenido nada que ver, es ineludible el hecho de que este año, en Cataluña, la canción del verano no es ni de Quevedo, ni Aitana, ni Bizarrap, ni Rosalía, tampoco es pop, ni reguetón; es una sardana con aire fiestero, 'Coti x coti', del dúo mataronense The Tyets.

Doce millones de reproducciones en Spotify, tres millones y medio de visualizaciones en YouTube y cientos de miles de usos en TikTok han conseguido que en las discotecas y las verbenas catalanas se vuelvan a bailar sardanas.

Tal vez se trate de una moda efímera, pero la realidad es que el interés por el baile tradicional catalán está, posiblemente, en el mejor momento del siglo XXI y son cada vez más las generaciones que se animan a aprender los pasos y los ritmos de la sardana para bailarlas al son de la cobla.