María Eugenia, la artista de Manresa que pinta con la boca tras el disparo en Cali que la dejó parapléjica: "Tenía un talento oculto"

Dominar el pincel con la boca para plasmar arte es la destreza que ha transformado la vida de María Eugenia Reyes. Un talento oculto que la colombiana, residente en Manresa (Barcelona), descubrió tras quedarse parapléjica con 20 años al recibir un disparo en la cervical en una discoteca de Cali.

Aquella bala acabó con sus sueños, pero no con una fortaleza que le permitió sobreponerse y encontrar en el arte un nuevo rumbo para empezar de cero.

"Había muchos cárteles en Colombia. Éramos un grupo de jóvenes que salíamos cada viernes a una discoteca muy concurrida en el sur de Cali. Pero en una de aquellas noches mi vida quedó destruida", explica a NIUS sobre un suceso que condicionó su futuro.

María Eugenia tenía planeado estudiar Veterinaria, pero todo cambió. "No sabía cómo volver a empezar, pero una terapista a los dos años de rehabilitación me presentó a un chico que pintaba con la boca". Desde aquel momento, encontró en la pintura una vocación que nunca hubiese imaginado.

"Pensaba que era imposible, pero lo intenté y me salió bien. Pintar no era mi fuerte de pequeña, pero el talento salió de la supervivencia del ser humano", reconoce una de las artistas de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, que exhibe con sus esbozos el afán de superación para lograr mejorar la técnica y calidad de los cuadros.

Este talento "oculto", descubierto en la etapa más oscura de su vida, le ha permitido llegar al corazón de las personas. "Todas las veces no puedes pintar. Es según el ánimo. Lo más importante es que lo que plasmes sea una buena conexión. Son realmente pinturas que quiero que impacten":

Arte a través de la boca, con el que expresa su forma de entender el mundo. "Todos los seres humanos somos energía. Trato de utilizar colores vivos y representar la naturaleza. Por ejemplo, los gatos, que son seres energéticos, o las mariposas. Todo lo que comemos, vivimos y hablamos tiene conexión con el alrededor. No es difícil plasmarlo porque lo vivo cada día".

En su caso, pintar requiere un esfuerzo que para ella queda en segundo plano. "Es algo tan especial con el ser que realmente no siento dolor. El cuello se lastima, pero es emocionante cuando empiezas a ver la pintura y sabes que se plasma lo que querías".

Sin embargo, la mayor dificultad que afronta es el tiempo. "Muchas veces me gustaría hacer más de lo que hago, pero no puedo. Para todo necesito que otra persona tenga tiempo. A veces son tres horas de pintura y hay que parar porque no todo el mundo me puede atender y tienen otras cosas que hacer".

Maria Eugenia inició su vocación en Colombia, pero hace seis años puso rumbo a Manresa para cumplir el sueño de tener una trayectoria artística en España. "Estoy enamorada de mi país. Toda mi familia se iba y no me quería quedar sola. Era el momento de cambiar".

De momento, ya ha logrado exponer sus obras en su primera colección de arte desde que llegó a Manresa. "La gente me dice que es una maravilla lo que hago y me felicita. Pero queremos que nos juzguen como cualquiera que pinte a su manera. Que no lo tengan como algo diferente por el hecho de pintar con la boca".