El 'frenazo' para aprobar el uso de las pistolas táser en Barcelona: CSIF acusa al gobierno de Collboni de “autoritario”
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios exige al gobierno municipal que negocie un reglamento consensuado sobre las táser
La pistola táser: Cómo funciona y qué efectos producen en el cuerpo sus descargas
BarcelonaEl rechazo del pleno municipal del Ayuntamiento de Barcelona a la aprobación del reglamento del uso de pistolas táser ha desatado la polémica en la capital catalana, donde la falta de acuerdo ha dejado a la Guardia Urbana sin los dispositivos conductores de energía tras los votos en contra de Junts, BComú y ERC, y la abstención de Vox, a pesar de los votos a favor del PSC y el PP.
Una situación que desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) han lamentado tras más de dos décadas defendiendo que la Guardia Urbana debe contar con este tipo de herramientas para proteger a la ciudadanía.
"Seguimos trabajando por la mejora de las condiciones laborales, sociales y profesionales de la Guardia Urbana, frente a un gobierno que presume de ser progresista, pero que en realidad demuestra una gestión autoritaria y sin diálogo", ha denunciado el sindicato sobre una votación que "no impide al Ayuntamiento iniciar el proceso de licitación para la adquisición de las táser, algo que el gobierno municipal ha intentado confundir ante la opinión pública y los partidos de la oposición".
Votos en contra y abstenciones
En fechas previas al pleno, CSIF denunció públicamente, la falta "total" de diálogo social por parte del Gobierno municipal: "El reglamento fue elaborado sin consulta previa a los representantes de los trabajadores, incumpliendo lo previsto en normativas como La Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, El Real Decreto Legislativo 5/2015 (Estatuto Básico del Empleado Público y La Ley Orgánica 11/1985, de Libertad Sindical".
En la votación, el líder de Junts, Jordi Martí, retiró el apoyo de su partido en el último momento, y reclamó al teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, que se acordarse el reglamento con los sindicatos de la Guàrdia Urbana y que, entonces, tendría su apoyo. Tanto ERC como los Comuns se opusieron a la normativa de uso por no garantizar que las táser se utilicen contra menores de entre 14 y 18 años, lo cual consideran imprudente y que pone en riesgo a la ciudadanía.
Por su parte, el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, defendió que la normativa es "absolutamente garantista" tanto para los policías como para el resto de ciudadanos ya que, en sus palabras, no se trata solo de utilizar las táser, sino de hacerlo con criterio y respetando derechos fundamentales.
Parece una broma de mal gusto
Desde el PP, su líder Daniel Sirera lamentó que esta medida llegue mal y tarde: "Parece una broma de mal gusto", por lo que emplazó a Junts a dar su apoyo al gobierno municipal ya que, en sus palabras, sin reglamento no se podrán utilizar ni 22 dispositivos ni ninguno. Finalmente, el líder de Vox, Gonzalo de Oro, ironizó que el reglamento de las táser "parece escrito una noche loca en Can Vies con un grupo de antisistema", y sostuve que es "ridículo que este tipo de dispositivos no estén en la calle".
Exigen negociar un reglamento
Tras el "no rotundo" del pleno, CSIF ha exigido al gobierno de Jaume Collboni que "abandone el autoritarismo y convoque de inmediato a los sindicatos para negociar un reglamento consensuado", que contemple una formación específica y pactada, seguridad jurídica en el uso de los dispositivos, dotación completa en todos los turnos, reconocimiento económico y evaluación de riesgos y políticas de prevención.