Una sonda ecográfica a 7.000 metros: la investigación de altura de una expedición catalana en el Himalaya
Un médico del SEM en Lleida lidera un estudio para investigar el edema pulmonar y cerebral, la complicación más grave del mal de altura
Miguel se ha unido a una expedición de Muntanya Viva, una asociación catalana que une por primera vez solidaridad y ciencia
BarcelonaEscalar una montaña de más de 7.000 metros en el Himalaya no es el único reto que una expedición catalana está llevando a cabo en Nepal, donde cuatro alpinistas investigan el edema pulmonar y cerebral, la complicación más grave y frecuente del mal de altura, mientras ascienden el Himlung Himal.
El reto nace de la solidaridad de Muntanya Viva, una asociación que organiza trekkings con el objetivo de mejorar la educación en algunos rincones del mundo mediante la concienciación social y la recaudación de fondos. Unas travesías que por primera vez servirán para aportar valor en el ámbito de la salud gracias a un médico que decidió unirse al proyecto en sus semanas de vacaciones.
Es el caso de Miguel Francisco Romero, médico del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) en Lleida, quien no dudó en compartir al resto de alpinistas una idea que se ha acabado materializando en forma de reto científico mediante el deporte, a partir de una sonda ecográfica que el sanitario ha llevado junto a él en la expedición.
"Quería aprovechar un mes e irme a hacer montaña y volver a Nepal, pero uno no deja de ser médico y le da vueltas a la cabeza. Tengo un aparato portátil de sonda ecográfica y les comenté a mis compañeros que quería estudiar el mal de altura y sobre todo el edema pulmonar, con una gran mortalidad en caso de que no se trate", explica Miguel a Informativos Telecinco.
Para monitorizar la salud en altura, Miguel ha puesto "deberes" al resto de alpinistas, que tienen que registrar a diario su estado físico y de salud en general como la fatiga, dolor de cabeza o insomnio. Unos datos que se enviarán a un equipo médico del Sistema de Emergencias en Lleida y al Hospital Arnau de Vilanova, con el objetivo de crear un patrón que sirva en un futuro para saber determinar el mal de altura con tan solo un aparato que puede salvar vidas, evitando que personas suban a más altura con síntomas de edema pulmonar y cerebral.
"El valor añadido de este estudio es conseguir tener una prueba de imagen muy objetiva. Hay una serie de líneas que indica si hay agua en los pulmones o no. Eso se cuantifica y el software quita la subjetividad, contabilizando esta cantidad de agua que puede haber en el pulmón", añade el médico sobre un estudio que considera "valioso" debido al uso que puede tener en un futuro.
"Puedes decidir si seguir subiendo, bajar, tomar profilaxis o un tratamiento médico"
"Cualquier persona que no sea sanitaria, como guías de montaña o compañías que se dedican a llevar a clientes a cimas muy altas de planeta, pueden monitorizar a sus clientes únicamente sabiendo poner el ecógrafo en dos puntos determinados del tórax, y que la propia sonda sea determinante a través de un protocolo que queremos estudiar", añade Miguel.
Una sonda que puede ser esencial para aquellos que no ven la gravedad del mal de altura o sientan que no lo tienen: "Con lo que ves en las imágenes ecográficas puedes decidir si seguir subiendo, si necesitas bajar, tomar profilaxis o un tratamiento médico. Ese es el plus que yo veo al llevar una sonda en estas expediciones".
Este estudio tiene como novedad el uso de ecografías seriadas desde los 2.500 metros hasta los 7.000: "Veremos la evolución que pudiera haber tanto en la clínica como en las imágenes ecográficas y estar a tiempo de poder decidir si una persona no puede seguir subiendo o se encuentra bien para hacerlo".
"Cada vez hay más gente que sube y es más inexperta"
Todo ello en un momento donde el boom de los deportes de montaña sigue en auge: "Cada vez hay más gente que sube y es bastante más inexperta o tiene poca experiencia y estos síntomas tan inespecíficos del mal de altura les cuesta entender o confunden con el cansancio, la fatiga", opina Miguel.
Por ello, la creación de una escala clínica validada a nivel científico puede ser vital: "El poder integrar esa prueba de imagen como la ecografía a pie de paciente es el plus que se puede dar en muchas compañías de montaña para evitar temas de gravedad como el edema pulmonar, que sin tratamiento hasta un 50% de montañeros pueden llegar a morir".
Solidaridad y ciencia, unidas en el proyecto
Esta herramienta puede prevenir la enfermedad, aunque para ello primer deben subir al Himlung Himal y analizar los resultados de vuelta a España. Para los cuatro alpinistas, entre ellos Damià Sarró y José Ignacio Perdices, una aventura que recién acaba de empezar y que es un motivo de orgullo para la asociación Muntanya Viva.
"Muy contentos porque va un valor añadido a la expedición. Y que venga un médico ya es perfecto", bromea Albert, el organizador de una expedición que una solidaridad y ciencia desde 7.000 metros de altura en Nepal.