Investigadores españoles trasplantan el primer riñón de cerdo modificado con células madre humanas: "Podría alargar la vida de los órganos"
En el futuro podría alargar la vida útil de los órganos destinados a los trasplantes
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BarcelonaEl Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) ha realizado el primer trasplante en cerdos de riñones porcinos modificados con organoides renales humanos. Este experimento se encuentra en fase preclínica pero en el futuro podría alargar la vida útil de los órganos destinados a los trasplantes e incluso ofrecer una alternativa terapéutica para enfermos renales crónicos. Una buena noticia para un país líder en este tipo de operaciones.
La doctora Núria Montserrat, líder del grupo de investigación, explica la importancia de este avance: “El objetivo a largo plazo es poder regenerar o reparar un órgano antes del trasplante. Esto podría reducir el tiempo de espera de los pacientes crónicos y aumentar el número de órganos viables para el trasplante”.
Combinan por primera vez organoides renales humanos y riñones de cerdos
Este grupo de investigación lleva una década dedicándose a la medicina regenerativa y a la bioingeniería de órganos. Los expertos han conseguido por primera vez combinar organoides renales humanos con riñones porcinos vivos, conectados a máquinas de perfusión normotérmica. Estos dispositivos se usan en el quirófano para mantener el órgano vivo antes de un trasplante.
Las máquinas permiten medir parámetros fisiológicos del órgano en tiempo real y detectar de manera inmediata cualquier signo de daño o rechazo. “Nuestra investigación demuestra que la combinación de tecnologías de organoides y perfusión ex vivo puede permitir intervenciones celulares en condiciones totalmente controladas”, señala la doctora.
¿Qué es un organoide de riñón?
Se trata de una estructura tridimensional que se cultiva en un laboratorio a partir de células madre humanas. No es un órgano completo pero reproduce muchas de sus estructuras y funciones principales. Esto permite estudiar cómo se desarrolla un riñón, probar nuevos fármacos y, en un futuro, ser usados para reparar tejidos renales dañados o mejorar órganos destinados al trasplante.
Para conseguir este nuevo hito, los investigadores han usado técnicas de microagregación e ingeniería genética. “A pesar del gran potencial clínico de los organoides, hasta ahora uno de los grandes retos para aplicar esta tecnología en tratamientos médicos reales era conseguir producir estos organoides de manera escalable, uniforme y asequible”, relata Montserrat.
“Ahora, con nuestro nuevo método, podemos generar miles de organoides renales en condiciones controladas y en poco tiempo, con una gran precisión y sin necesidad de componentes complejos. Esto abre la puerta a aplicaciones como la detección de fármacos o el estudio de enfermedades”, concluye la experta sobre este avance que podría revolucionar la vida útil de los órganos donados en España.