Un estudio científico alerta de la presencia de un compuesto cancerígeno en el papel higiénico

  • Científicos de la Universidad de Florida han encontrado PFAS en rollos de papel higiénico

  • Explican que ciertos fabricantes agregan compuestos químicos durante la transformación de la madera en pulpa

  • El 6:2 diPAP, un tipo de PFAS presente en el papel higiénico, supone el 89% de la presencia de estas sustancias en aguas residuales de Francia

Los PFAS, conocidos como 'sustancias químicas para siempre', presentes en cualquier punto del planeta y asociados a una amplia gama de daños graves para la salud, como el cáncer o problemas del sistema inmunitario, se han detectado ahora también en el papel higiénico. 

Así lo han hallado científicos de la Universidad de Florida, según recoge una investigación en la revista ‘Environmental Science & Technology Letters’. Los autores del estudio sostienen que el papel higiénico elaborado con material reciclado puede contener fibras de origen contaminado con PFAS ya que ciertos fabricantes agregan compuestos químicos durante la transformación de la madera en pulpa para producir rollos de papel.

Detectan PFAS en las aguas residuales

De esta manera, los PFAS que persisten en el papel acaban en el sistema de depuración de aguas, donde se ha detectado su presencia. Además, encontraron estas sustancias en todos los rollos que analizaron, un total de 21 tipos diferentes en Europa, América y África.

Por otro lado, analizaron las aguas residuales donde descubrieron que el 6:2 diPAP, un tipo de PFAS presente en el papel higiénico, era el más abundante.

En EEUU solo suponía un 4% de los agentes contaminantes en las aguas, mientras que en países de Europa como Francia, este porcentaje se elevaba al 89%. Esto quiere decir que la mayoría de los agentes contaminantes en las aguas residuales en estos países con altos porcentajes podrían provenir del papel higiénico, mientras que en países como EEUU habría que examinar más fuentes ya que se tiran todo tipo de objetos por el retrete.

"Ver que esta sustancia química característica aparece también en el papel higiénico, indica sin duda que se trata de otra fuente en la que debemos pensar cuando se trata de limitar la cantidad de PFAS que llega al medio ambiente", advierte Timothy Townsend, ingeniero medioambiental de la Universidad de Florida y coautor del estudio.

¿Qué son los PFAS?

Los PFAS son un nombre colectivo para las sustancias alquílicas perfluoradas y polifluoradas o sustancias altamente fluoradas que tienen una estructura química similar. Todos los PFAS son extremadamente persistentes en el medio ambiente o se descomponen en PFAS extremadamente persistentes, lo que les ha valido el apodo de 'sustancias químicas para siempre'.

Las bacterias no pueden comerlos, el fuego no puede incinerarlos y el agua no puede diluirlos. Además, si estos productos químicos tóxicos se entierran, se filtran en el suelo circundante, convirtiéndose en un problema persistente para las generaciones venideras.

¿Dónde se encuentran los PFAS?

Los PFAS, abreviatura de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoradas, se utilizan desde hace 70 años como agentes antiadherentes e impermeabilizantes. Se encuentran habitualmente en los utensilios de cocina antiadherentes, los cosméticos resistentes al agua, las espumas contra incendios, los tejidos repelentes al agua y los productos resistentes a la grasa y el aceite pero, con el paso de los años, se han introducido en el agua potable e incluso en la sangre del 97% de la población estadounidense.

Efectos para la salud de los PFAS

Aunque los efectos sobre la salud aún no se conocen del todo, la exposición a los PFAS está fuertemente asociada a la disminución de la fertilidad, a los efectos sobre el desarrollo de los niños, al aumento del riesgo de varios tipos de cáncer, a la reducción de la inmunidad para combatir las infecciones y al aumento de los niveles de colesterol. Por ello, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de Estados Unidos ha declarado recientemente que varios PFAS no son seguros, ni siquiera a niveles mínimos.

Aunque los esfuerzos de las comunidades por filtrar los PFAS del agua han tenido éxito, hay pocas soluciones sobre cómo deshacerse de ellos una vez eliminados. Las pocas opciones que están surgiendo ahora implican generalmente la destrucción de los PFA a altas temperaturas y presiones u otros métodos que requieren grandes aportes de energía.

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