Qué pasa en tu cuerpo

Es cierto: el cuerpo humano brilla en la oscuridad aunque no seas capaz de verlo

Brillamos en la oscuridad aunque no lo veamos. Unsplash
telecinco.es
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Hay seres vivos que sabemos que brillan en la oscuridad, como luciérnagas, “gusanos de luz” o medusas. Sin embargo, no es una característica específica de unas pocas especies animales. De hecho, prácticamente todos los organismos vivos emiten luz extremadamente débil, por lo que técnicamente también “brillan en la oscuridad”. Incluidos los seres humanos.

El fenómeno de la bioluminiscencia del cuerpo humano

La capacidad de brillar en la oscuridad por parte de los seres humanos, así como en otros seres vivos, es conocida como bioluminiscencia, la producción de luz como resultado de las reacciones químicas en el cuerpo. Concretamente, el resultado de radicales libres altamente reactivos producidos a través de la respiración celular que interactúan con lípidos y proteínas. Fruto de esto, las moléculas reactivas de oxígeno pueden reaccionar con sustancias químicas llamadas fluoróforos para emitir biofotones (o fotones ultradébiles) como resultado de que los electrones se desplacen liberando pequeñas ráfagas de luz.

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Estos brillos en la oscuridad por parte del cuerpo fueron demostrados hace ya bastantes años. En un artículo publicado en la revista en línea PLOS ONE, científicos japoneses publicaron en 2009 las primeras imágenes de cuerpos humanos brillantes, como fruto de la bioluminiscencia humana. Para ello, utilizaron una cámara de dispositivo de carga acoplada (CCD) de refrigeración profunda (operada a -120 °C) con la capacidad de detectar luz al nivel de un solo fotón, logrando de esta forma obtener en un entorno de completa oscuridad imágenes de la emisión espontánea de fotones de los cuerpos humanos.

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Utilizando estas cámaras hipersensibles, se monitorizó a cinco voluntarios masculinos sanos de unos 20 años de edad durante 20 minutos cada 3 horas dentro de una habitación hermética durante tres días seguidos cada tres horas. Para que no hubiera distorsiones en la medición de sus biofotones, estos estaban desnudos de cintura hacia arriba y aseados, para que ni la ropa ni la suciedad oscurecieran los fotones que emite el cuerpo. De esta forma, no solamente descubrieron que los participantes del estudio brillaban y lo hacían durante todo el día, sino que se pudo estudiar cuáles eran las partes del cuerpo más brillantes y cómo cambiaba la bioluminiscencia humana a lo largo del día.

 Las partes más brillantes aparecen alrededor de la frente, el cuello y las mejillas, mientras que el momento más brillante del día era al final de la tarde, atenuándose a altas horas de la noche como el punto más bajo de bioluminiscencia. Dichos hallazgos sugieren que la emisión de luz está estrechamente relacionada con nuestros relojes biológicos, debido a cómo fluctúan nuestros ritmos metabólicos a lo largo del día.

Viendo las imágenes, podrían confundirse con una imagen de calor corporal de infrarrojos. Sin embargo, en el estudio también se incluyó una cámara de infrarrojos, como muestra la imagen esquemática del sistema empleado, y los resultados mostraron que el índice de fotones ultradébiles no está directamente relacionado con el calor corporal porque la cámara infrarroja mostró que ciertas zonas calientes como la zona por encima de la clavícula emitía pocos biofotones y en las áreas con más emisiones de bioluminiscencia no tenían por qué coincidir exactamente con las que mayor temperatura corporal tenían.

¿Por qué no podemos vernos brillar en la oscuridad?

Una vez explicado por qué el cuerpo humano literalmente brilla, habría que considerar por qué no podemos percibir este fenómeno. La respuesta rápida es que la intensidad de la luz emitida por el cuerpo es 1.000 veces menor que la sensibilidad de nuestros ojos. Por tanto, no pueden apreciar ese brillo en situaciones de oscuridad a simple vista, por lo que nuestra única esperanza de detectarlo es con instrumentos sofisticados.

Un nivel tan bajo de bioluminiscencia es poco probable que sirva para algún propósito evolutivo en los seres humanos. Cuando animales como las luciérnagas, las medusas, los calamares, los gusanos de luz y los peces de aguas profundas emiten luz de mayor intensidad se puede usar para atraer parejas y para iluminar. Sin embargo, la investigación sobre la emisión de biofotones sí podría ser muy prometedora y con aplicaciones de lo más útiles.

Por ejemplo, en el caso de humanos y otros animales, como la emisión de fotones ultradébiles se relaciona con los procesos metabólicos y oxidativos, podría servir como una herramienta no invasiva para la detección temprana de enfermedades, incluyendo afecciones como el cáncer de piel. Además, podría ayudar a evaluar la salud de los órganos trasplantados antes de la cirugía, lo que podría mejorar los resultados para los pacientes.

Como las plantas también son bioluminiscentes, como demostró un estudio más reciente de la Universidad de Calgary publicado en The Journal of Physical Chemistry Letters, se podrían aplicar estos avances en agricultura. Según los resultados de este estudio, “es completamente plausible que haya drones volando sobre los campos midiendo la salud de las plantas”. Esto se haría mediante cámaras de detección de fotones que podrían monitorizar la salud de los cultivos, detectando plantas que no están realizando bien sus procesos metabólicos.