¿Conoces los extraños arcoíris lunares? Te contamos cómo y dónde verlos

Marcos Fernández 28/10/2017 09:46

¿Qué es?

El arcoíris lunar es una de las variedades más raras de arcoíris que se pueden contemplar. No es fácil captarlo, ya que deben reunirse una serie de condiciones que no se suelen dar al mismo tiempo. Además, el ojo humano no siempre es capaz de captarlo, ya que es muy tenue. De hecho, de por sí, los arcoíris son muy efímeros y tenues (incluso a plena luz del día). Por esta razón, nuestra vista no alcanza a distinguir un fenómeno a menudo débil.

Muchos aficionados a la Meteorología tienen sus cámaras fotográficas como grandes liadas para inmortalizar este momento y potenciar sus colores de una manera que nuestros ojos no siempre lo captarían. En este caso, tan solo cambia un factor: en lugar de la refracción de la luz solar, tenemos la refracción de la débil luz que proyecta la Luna en la Tierra en acción con pequeñas partículas de agua en forma de gotas de lluvia, de rocío o de otras fuentes naturales, como cascadas, manantiales, etc.

¿Cuáles son las condiciones necesarias para verlo?

Son tres factores los que necesitamos para asistir a este bello espectáculo: mucha humedad, luna llena y el atardecer o el amanecer. En primer lugar, el factor determinante es la humedad relativa, que debe ser muy elevada. Por eso, el otoño o la primavera son las mejores estaciones del año, ya que suelen ser lluviosas sino los anticiclones en esta época del año favorecen la concentración de humedad en zonas de valles donde acaban formándose nieblas muy intensas y duraderas.

Con estos fenómenos meteorológicos, cielo despejado o limpio tras el paso de la lluvia o un banco de niebla intenso y con baja visibilidad, tenemos buenas probabilidades de ver un arcoíris lunar, ya que la humedad facilitará la formación de minúsculas gotas de agua que interactuarán con la luz de la luna (efecto de refracción).

Por supuesto, y en segundo lugar, necesitamos la luna. Pero, debe encontrarse en fase de luna llena con una luminosidad máxima. Por ejemplo, los periodos en los que hemos disfrutado de la llamada superluna son momentos perfectos siempre y cuando tengamos mucha humedad. Por eso, las zonas de costa ganan muchos puntos. El norte peninsular, la costa cantábrica, reúnen todas estas condiciones, ya que las líneas costeras siempre marcan elevados índices de humedad gracias a la influencia marítima.

Si nos encontramos en el interior, tendríamos que desplazarnos a las orillas y valles de ríos o cerca de grandes fuentes naturales o cascadas. Cualquier de estos lugares puede regalarnos un arcoíris lunar, incluso si, en el peor de los casos, no acompañarán ni la lluvia ni la niebla.

Además, como tercer factor o condición, hablamos del crepúsculo. Es necesario que sea en uno de estos momentos del día porque justo en ese instante la humedad es la más alta y la luna se encuentra en una posición muy baja. Ese ángulo favorece la aparición del arcoíris lunar siempre en fase de luna llena. En cualquiera otra, la luz que recibimos de nuestro satélite natural es demasiado débil como para generar un arcoíris en condiciones óptimas.

La hora azul

Los aficionados a la meteorología y cazadores de arcoíris han bautizado con el nombre de 'la hora azul'. el momento del día o la noche en que podemos captar un arcoíris lunar. En concreto, según los expertos astrónomos, es ese instante en que el sol y la luna coinciden en el firmamento. El primero sin apenas intensidad y la segunda iluminando tímidamente el amanecer o el anochecer. Ese instante mágico recibe el nombre 'hora azul'.

Conocido en inglés con el nombre de moonbow (la suma de las palabras moon y rainbow) también se le suele llamar arcoíris blanco (como el que se forma de día en jornadas de nieblas o brumas persistentes). Recibe también esta nomenclatura por la dificultad que tiene el ojo humano de distinguir la gama cromática de colores que lo componen.

La paleta de colores puede abarcar desde toda la escala de 12 colores (partiendo del rojo y terminando con el violeta) hasta una gama primaria. Todo depende de los factores señalados anteriormente. Si no se dan al 100% condiciones como humedad total, cielo raso, luna llena total o el momento exacto del crepúsculo… podemos sorprendernos con cualesquiera de las variantes del arcoíris lunar.

¿Dónde verlos?

Aquí hemos de decirte que igual no has tenido mucha suerte, ya que si bien las costas del norte, siempre húmedas y lluvias, son el lugar que reúne las mejores condiciones, existen otros puntos en la Tierra considerados la meca del arcoíris lunar.

Aunque nos pillan a desmano, merece la pena destacarlos: las grandes cataratas Victoria o las de Iguazú, las cascadas islandesas, el Parque Nacional de Yosemite en California (EEUU) o zonas concretas de Inglaterra, por ejemplo, el condado de York, son algunos de los pequeños territorios que asisten a este fenómeno mágica que haría las delicias de cualquier instagramer.