Un astrónomo ruso descubre un cometa que podría venir de otro sistema solar

  • De confirmarse el descubrimiento sería el segundo objeto procedente de otro lugar de la galaxia que cruza nuestro sistema solar

  • El primer objeto interestelar detectado en la historia fue el asteroide ‘Oumuamua’ en 2017 y su hallazgo provocó un gran revuelo en la comunidad científica

  • En su momento de máxima aproximación al Sol pasará a unos 300 millones de kilómetros de la Tierra y podrá verse con telescopios profesionales

¿Se acuerdan de ‘Oumuamua’? Seguro que sí. Fue todo un acontecimiento hace un par de años. El primer visitante de otro sistema solar que se daba un paseo por el nuestro. Lo vimos en todas las portadas con su aspecto alargado, como una especie de astilla desgajada de algún otro cuerpo celeste, y tan rápido como vino, se fue, dejando a su paso un sinfín de teorías científicas, pero también algunas más peregrinas, como que se trataba de una sonda extraterrestre, o algún tipo de nave espacial que cambiaba de rumbo en su singladura por el espacio.

Ahora, un nuevo viajero de otra estrella puede estar acercándose al Sol. Aún no le han dado un nombre pegadizo como sí tuvo su antecesor (‘Oumuamua’ significa “mensajero de lejos que llega primero en hawaiano), de momento tiene un código y el nombre, entre paréntesis, de su descubridor: C / 2019 Q4 (Borisov).

Gennady Borisov hizo su descubrimiento el pasado 30 de agosto desde el observatorio MARGO en la localidad de Nauchnij, en la región de Crimea. Él fue el primero en verlo y el primero en darse cuenta de que podría venir de fuera del sistema solar. Comunicó su hallazgo y se pusieron en marcha los mecanismos para comprobar sus observaciones.

Tras las detecciones iniciales, según informa la NASA en su página web, se puso en marcha el ‘sistema Scout’ que es un programa encargado de encontrar, catalogar y seguir a todos los objetos cercanos a la Tierra que puedan cruzarse en nuestra órbita y que está ubicado en el Laboratorio de Propulsión a Chorro que la agencia espacial estadounidense tiene en Pasadena (California). El programa marcó el objeto observado por Borisov y determinó que era: “posiblemente interestelar”.

Pero hay que asegurarse. El siguiente paso fue que el astrónomo del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA Davide Farnocchia se pusiera a trabajar con los astrónomos que hacen, exactamente lo mismo que él, pero para la Agencia Espacial Europea (ESA) desde Fracati en Italia. A ellos les pidió que buscarán el nuevo cometa para tener observaciones adicionales y después le pidió a otro equipo más, el que se encuentra en el Minor Planet Center en Cambridge (Massachusetts) que le ayudaran a estimar la trayectoria precisa del cometa para determinar así si se originó dentro de nuestro sistema solar o si vino de algún otro lugar de la galaxia.

A 400 millones de kilómetros, a 150.000 kilómetros por hora

El cometa C / 2019 Q4 (Borisov) está en estos momentos a unos 400 millones de kilómetros del Sol y su trayectoria parece apuntar a que cae sobre el plano del sistema solar desde arriba. Se mueve a una velocidad de 150.000 kilómetros por hora. Los cálculos indican que el 26 de octubre pasará a través del plano eclíptico, el plano en el que la Tierra y los otros planetas orbitan alrededor del Sol. Llegará desde arriba en un ángulo de aproximadamente 40 grados y pasará por algún lugar entre las órbitas de Marte y Júpiter. Su momento de mayor acercamiento al Sol será el 8 de diciembre, cuando esté a unos 300 millones de kilómetros de nuestra estrella.

Un viajero de paso

Entre los puntos a favor para considerar al cometa C / 2019 Q4 (Borisov) como un objeto interestelar está su gran velocidad. El astrónomo de la NASA Davide Farnocchia afirma que 150.000 k/h es mucha más velocidad de la que suelen alcanzar los cometas orbitan el Sol, y añade que “la alta velocidad indica no solo que el objeto probablemente se originó fuera de nuestro sistema solar, sino que también se irá y regresará al espacio interestelar”.

Los astrónomos lo han definido como un cometa porque en el telescopio se ve borroso, lo que indica que puede tener un núcleo helado central que se calienta y emite gases al acercarse al Sol. Ahora mismo, y durante los próximos meses, podrá verse con telescopios profesionales. “El objeto alcanzará su brillo máximo a mediados de diciembre y seguirá siendo observable con telescopios de tamaño moderado hasta abril de 2020", ha comentado Farnocchia. “Después de eso, solo será observable con telescopios profesionales más grandes hasta octubre de 2020”.

Pero, de momento, lo que ha podido verse sirve para hacerse una idea aproximada de cómo es. Las observaciones realizadas por la astrónoma Karen Meech y el equipo de la Universidad de Hawaii indican que tiene un núcleo de entre 2 y 16 kilómetros de diámetro, un margen de error bastante alto, pero los astrónomos van a seguir observándolo para recoger más datos sobre su tamaño, su rotación y su trayectoria.

Aún no está confirmado, pero los indicios son buenos para considerar que C / 2019 Q4 (Borisov) viene de fuera del sistema solar. Es posible que ya estén pensando en darle un nombre más pegadizo si la confirmación es definitiva.