La atrapamoscas y las otras 17 especies de plantas carnívoras que hay en España

  • Ya fue estudiada por Charles Darwin

No es una desconocida, Charles Darwin ya hablaba de ella, allá por 1875. Su nombre Drosophyllum Lusitanicum, atrapamoscas para los amigos. Y si, lo han adivinado -aunque hay que reconocer, no era difícil-, la atrapamoscas es una de las dieciocho especies de plantas carnívoras que podemos encontrar en España.

No es el paradigma de planta carnívora. Cuando uno piensa en ellas, piensa en plantas como la Dionaea, que es como una boca con dientes, y esta no, se quedan los insectos pegados si, pero cuando mis hijos eran pequeños se la enseñé y me dijeron: ah, ¿pero esto es?”.

Fernando Ojeda, investigador de la Universidad de Cádiz, y experto en lo que se conoce como brezal Mediterraneo, lleva años estudiando una planta discreta en sus formas, pero fascinante desde muchos puntos de vista. Para empezar, es una planta que depende para propagarse del fuego.

“Lo que pasa es que el fuego puede matar a gente y destruir sus propiedades, y eso es malo”, dice. “Pero muchas especies como esta carnívora desparecerían”.

Esa es una de sus menores rarezas. La atrapamoscas tiene además otras características, que la convierten en una de las más raras de las plantas carnívoras, y dado que estas ya son raras de por si, en una de las especies más raras del planeta.

“Para empezar, es rara en su distribución geográfica” señala Ojeda. “Prácticamente se limita a ambos lados del Estrecho de Gibraltar”.

Pero es que, además, y en esto es muy rara, casi ninguna otra planta carnívora puede vivir en un terreno seco como ella.

“Las plantas carnívoras suelen ser babosas o pegajosas, lo que implica mucho uso de agua y que vivan en suelos siempre húmedos. Drosophyllum no, el líquido con el que atrapa a los insectos tiene muchos azucares y alcoholes, lo que hace que tarde mucho más en evaporarse y consuma mucha menos agua”, cuenta Ojeda.

Le gustan los terrenos secos y pobres, tan pobres, que nuestra protagonista, no pudiendo vivir del suelo, tuvo que especializarse en conseguir los nutrientes que le faltan de los insectos.

“Es como Ferrán Adriá”, traza un símil Ojeda. “De construye los insectos y absorbe los nutrientes esenciales a través de las hojas”.

Si tienen edad suficiente recordarán las tiras de papel para atrapar insectos de su infancia. Drosophylum actúa igual. El insecto queda pegado y en tres días sólo queda de él su exoesqueleto. Si quieren verla en acción pueden ver un documental realizado por la Universidad de Cádiz, o mejor, dense un paseo por el Estrecho. Busquen en zonas de brezal recientemente quemadas, en canteras o taludes de carretera. Parece poquita cosa, pero no olviden, que están ante un planta carnívora.