La identidad de Banksy sigue siendo un misterio, como todo a su alrededor. Nadie ha podido confirmar que es el autor del grafiti, aunque el habitual coleccionista de sus obras, John Brandler, asegura al diario The Guardian que el estilo de la pintura le delata y que "es una causa que él apoyaría".
Las manifestaciones, que exigen medidas para reducir las emisiones de CO₂, comenzaron durante la Semana Santa y recorrieron la capital inglesa, llegando a bloquear la sede europea de Goldman Sachs tirándose en el suelo o paralizando el transporte público en algunas estaciones. Desde entonces, sus peticiones y su 'desobediencia civil no violenta', como el grupo la denomina en su web, se ha contagiado a más de 30 países, incluido España.
De confirmarse, la leyenda del grafiti se declararía así activista y simpatizante del movimiento Extinction Rebellion, que concluía el viernes las protestas en Hyde Park. El grafiti enuncia 'From this moment despair ends and tactics begin', en español: 'Desde este momento, acaba la desesperación y comienzan las tácticas'. El hecho de incluir una frase, curiosamente, devalúa su precio, que eso sí, podría superar el millón de dólares.
El movimiento impulsado por Extinction Rebellion aún no se ha pronunciado respecto a la pintura y el grafitero no ha confirmado su autoría como lo hace tradicionalmente, a través de su cuenta de Instagram. La última pintura que publicó fue la del Parlamento Británico gobernado por chimpancés que acompañaba de la frase: 'Laugh now, but one day no-one will be in charge' (Ríe ahora, pero algún díe nadie estará al mando), en referencia al Brexit.
Anteriormente, a finales de diciembre de 2018, un grafiti de un niño, también de matiz ecologista, apareció en Port Talbot, Gales, denunciando la contaminación que la ciudad vivió el pasado verano. Un polvo negro cubrió la ciudad de lo que en realidad eran cenizas provenientes de las fábricas de acero, y no nieve como Banksy quiso hacer que pareciera según la perspectiva del observador.