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Los cachorros de perro nacen ya listos para interactuar con los humanos, según una nueva investigación publicada en 'Current Biology'. Hasta el 40% de la capacidad de un perro joven para comunicarse con nosotros es genética, incluso antes de que haya tenido lugar cualquier tipo de entrenamiento o vínculo.
En otras palabras, la amabilidad por la que se conoce a los cachorros es en parte innata, aunque algunos comienzan mejor que otros en función de sus genes. El equipo detrás de los hallazgos dice que su descubrimiento podría ayudar a mejorar el entrenamiento de los perros de servicio en el futuro.
El estudio involucró a 375 cachorros con una edad promedio de 8.5 semanas. Se pidió a los caninos que completaran una variedad de tareas estandarizadas diseñadas para medir su capacidad de respuesta a la interacción humana y su disposición a cooperar.
Una tarea fue el contacto visual con el investigador, otra fue seguir el gesto de la mano y los ojos del investigador hacia una golosina escondida debajo de una de dos tazas a unos 1,3 metros de distancia. Los investigadores escondieron las golosinas por igual entre las tazas izquierda y derecha.
Los cachorros eran "muy hábiles" para seguir las señales de la persona de señalar y mirar solo una de las tazas donde estaba escondida la golosina, dijo la psicóloga animal Emily Bray, de la Universidad de Tucson, Arizona, y "no había evidencia de que su desempeño requiriera aprender a hacerlo".
"La mayoría de los cachorros eligieron la taza correcta el 70% de las veces", dijo. "No son perfectos, pero definitivamente es mejor que la casualidad. Hay algo que están captando, incluso a las 8 semanas de edad". De hecho, muchos de los cachorros pudieron seguir el gesto o la mirada de una persona hacia una golosina oculta desde la primera prueba, sin entrenamiento.
Más del 40% de la variación en la capacidad de un cachorro para seguir el punto con el dedo o la mirada de un humano podría explicarse por los genes que han heredado, dijo Bray. "Estos son números bastante altos, muy parecidos a las estimaciones de la heredabilidad de la inteligencia en nuestra propia especie", atestigua: "Todos estos hallazgos sugieren que los perros están preparados biológicamente para comunicarse con los humanos".
"Demostramos que los cachorros corresponderán a la mirada social humana y utilizarán con éxito la información proporcionada por un ser humano en un contexto social desde una edad muy temprana y antes de una amplia experiencia con humanos", explica Bray .
"Por ejemplo, incluso antes de que los cachorros dejen a sus compañeros de camada para vivir uno a uno con sus criadores voluntarios, la mayoría de ellos pueden encontrar comida escondida siguiendo un punto humano hasta la ubicación indicada".
En realidad, hay una cantidad creciente de evidencia de que los perros muy jóvenes comparten la misma voluntad de cooperar y comunicarse que los bebés humanos, aunque los científicos aún tienen que establecer las influencias genéticas que podrían estar detrás de este comportamiento.
Los investigadores quieren ahora buscar genes específicos que influyan en la sociabilidad de los cachorros, lo que requerirá un estudio de asociación de todo el genoma, la participación de más tipos de perros y el seguimiento de estos caninos a lo largo del tiempo en lugar de solo analizar su comportamiento en un solo punto.
Además de ayudar en el entrenamiento de los perros, los descubrimientos futuros podrían ser informativos para rastrear la evolución y la domesticación de los perros. "Desde una edad temprana, los perros muestran habilidades sociales similares a las humanas, que tienen un fuerte componente genético, lo que significa que estas habilidades tienen un gran potencial para someterse a la selección", dice Bray.
"Por lo tanto, nuestros hallazgos podrían apuntar a una parte importante de la historia de la domesticación, en el sentido de que los animales con una propensión a comunicarse con nuestra propia especie podrían haber sido seleccionados en las poblaciones de lobos que dieron origen a l
os perros", finaliza.