Descubierta otra prueba de la “inmortalidad” de los tardígrados

  • Los científicos investigan en los tardígrados las claves para frenar el envejecimiento

El 14 de octubre la revista Biology Letters perteneciente a The Royal Society publicó una investigación que informaba sobre el descubrimiento de una nueva especie de tardígrado dotado de un escudo protector fluorescente que le permite absorber la radiación ultravioleta dañina y emitir una luz azul inofensiva.

Es el último ejemplo de la extraordinaria resistencia de estas criaturas microscópicas. Se sabía que eran capaces de sobrevivir al calor y la radiación extremas e incluso en el vacío del espacio exterior. Ahora se ha comprobado que sobreviven a la misma cantidad de radiación ultravioleta que mata a virus y bacterias.

¿Qué son los tardígrados?

Los tardígrados u osos de agua tienen un aspecto que recuerda vagamente a los típicos ositos de gominola, aunque en realidad son unos raros animales con los que se espera desentrañar aspectos relevantes de la medicina humana y, en particular, del campo de la investigación del cáncer y del envejecimiento.

Estos animales son unos pequeñísimos invertebrados microscópicos de 0,5 a 1 milímetro de longitud prácticamente invisibles a simple vista para el ojo humano. Fueron descubiertos en 1773 por el zoólogo alemán Johann August Ephraim Goeze que los nombró 'Kleine Wasser-Bären', un término que significa “ositos de agua”.

Los tardígrados habitan en entornos muy diversos por todo el planeta, desde los océanos más profundos hasta las cimas de las montañas, pero podemos encontrarlos preferentemente en los musgos, los helechos y los líquenes. Actualmente se conocen unas 1.300 especies de tardígrados. En condiciones normales, los adultos viven de dos a varios meses.

¿Qué tienen de especial?

En verdad, los tardígrados son unos animales peculiares y especiales, entre otras cosas porque han conseguido desarrollar una habilidad sorprendente que consiste en entrar en estado criptobiótico, una capacidad que les protege contra los efectos de la deshidratación.

En este estado, la actividad metabólica de los tardígrados desciende a un nivel muy bajo y esto confiere a estos animales resistencia a la falta de agua y a la desecación o deshidratación, pero también a una serie de factores letales como la alta temperatura, la radiación o a diferentes tipos de productos químicos, como el etanol, el sulfuro de hidrógeno y el dióxido de carbono.

La extraordinaria supervivencia de los tardígrados

La capacidad de entrar en un estado criptobiótico de anhidrobiosis (que distingue a los osos de agua de la mayoría de los otros organismos) permite que los tardígrados resistan muchos factores ambientales desfavorables. En esta forma inactiva pueden sobrevivir mucho tiempo, desde 9 a 20 años en condiciones naturales. O incluso más. En 2016 científicos japoneses consiguieron reanimar ejemplares de tardígrados que llevaban más de 30 años congelados.

Parece evidente que los tardígrados consiguen erigirse en super organismos dentro del mundo animal y que su resistencia es tan espectacular que casi nos invita a pensar que rozan la invulnerabilidad. Los osos de agua son tan resistentes a las temperaturas extremas que pueden sobrevivir desde los -272,8 grados centígrados hasta aproximadamente los 150 grados centígrados durante 15 minutos.

Se ha demostrado que las especies de tardígrados que habitan en el suelo ártico pueden sobrevivir más de seis años (74 meses) a -80 grados centígrados. Además, estos pequeños invertebrados también exhiben una resistencia significativa a bajas y altas presiones atmosféricas y a altas dosis de radiaciones ionizantes y rayos X. Algunos individuos incluso son capaces de sobrevivir a dosis tan altas de radiación ultravioleta como las utilizadas para eliminar a los virus y a las bacterias más resistentes.

Resisten en el vacío espacial

Por si esto no fuera suficiente, en el año 2007, la cápsula robótica espacial no tripulada Fotón M3 incluyó un proyecto denominado TARDIS (Tardigrada In Space) que demostró que los tardígrados pueden sobrevivir a la exposición al vacío espacial.

En el año 2011, la misión Endeavour incluyó el proyecto TARDIKISS (Tardígrados en el espacio) cuyo objetivo principal era ampliar el conocimiento de los rasgos del ciclo de vida y de los mecanismos de reparación del daño estructural del ADN durante la exposición al estrés de los vuelos espaciales. Los resultados mostraron que la microgravedad y la radiación cósmica no afectaron significativamente a la tasa de supervivencia de los tardígrados.

¿El secreto de la eterna juventud?

Aunque el deterioro gradual de las funciones vitales con la edad no es una regla fundamental, es omnipresente entre los organismos vivos, independientemente de su modo de reproducción y del número de células constituyentes. Sin embargo, sorprendentemente, las capacidades que muestran los tardígrados parecen ser claves para frenar el envejecimiento porque en estos animales el deterioro se detiene o ralentiza temporalmente debido al proceso de anhidrobiosis, por lo que comprender los mecanismos implicados podría ser clave para desarrollar estrategias que nos permitan, en un futuro próximo, alargar nuestra existencia varias decenas de años.