¿Es real? La fotografía de un pingüino amarillo que se está haciendo viral

  • El fotógrafo de vida silvestre Yves Adams obtuvo la imagen en Georgia del Sur

  • El pingüino sufre una rara mutación que hace que carezca de melanina

  • El leucismo se ha observado en otros animales, desde jirafas hasta ranas

Parece una creación digital más que un pingüino antártico, pero es real. En 2019 fue captado el primer pingüino amarillo del que se tiene constancia en el mundo, y la imagen se acabar de dar a conocer. La tomó el fotógrafo Yves Adams, conocido por congelar con su cámara especies de todo tipo en distintos continentes, y se está viralizando por la extrañeza de los colores del animal.

Este ‘bicho raro’ entre los pingüinos rey de las islas Georgia del Sur en realidad no es diferente al resto si exceptuamos su aspecto. Sus hábitos y su adaptación al medio son iguales, lo que ocurre es que sufre una mutación conocida como leucismo que, aunque es muy inusual, se había visto antes en otros animales, incluidos pingüinos.

Lo que no se había visto nunca, en cambio, era un pingüino con leucismo amarillo. Este trastorno cromático se produce por la ausencia de melanina en las células pigmentarias, que es la encargada de dar color a la piel. Los encargados de producir esa melanina son los melanocitos, pero en los animales con leucismo o albinismo no son funcionales por una mutación.

La diferencia entre leucismo y albinismo es, principalmente, que el albinismo también afecta al color de los ojos. Por tanto el pingüino fotografiado podría ser un caso de albinismo y no de leucismo realmente, puesto que sus ojos son más claros que los del resto. No obstante ningún experto lo ha confirmado por ahora.

Otros animales con leucismo

Se han observado ejemplares de muchas especies con este trastorno que, aunque no es habitual, sí es ‘natural’. Se han reportado casos de tortugas, de pavos reales, de ranas o de mantarrayas.

Por curioso que pueda parecer, no obstante, en muchas zonas los furtivos dan caza a los animales que se diferencian del resto de su población por esta mutación. Un caso muy sonado fue el de una hembra de jirafa blanca y su cría, asesinadas en Kenia por cazadores el año pasado. El macho, que se salvó de los disparos, está actualmente protegido por las autoridades del país.