Siempre se ha dicho que Pensilvania tiene la temporada de follaje de otoño más larga del mundo, como bien saben en Estados Unidos. Es frecuente allí coger el coche y echar millas por la ruta 6 que recorre los paisajes coloridos del estado, o dirigirse al norte hasta el Parque Estatal Bucktail y disfrutar de los árboles y lagos por el camino. Pero, ¿por qué dura tanto? ¿Qué tiene de especial?
Cada año, a partir de mediados de septiembre, la vegetación del norte de Pensilvania empieza a teñirse de los tonos marrones, amarillos y rojizos del otoño. Cuando se acerca octubre, el verde va abandonando también al centro y el oeste del estado, que cruzan los montes Apalaches, y para mediados-finales del mes, se alcanza lo que los meteorólogos llaman el pico del follaje, cuando más brillantes se ven los colores de las hojas.
Según el Departamento de Conservación y Recursos de Pensilvania, es concretamente el condado de Keystone el que tendría la temporada de follaje de otoño más larga del mundo, de seis a siete semanas.
El secreto de Pensilvania, apunta, es su ubicación, su relieve y sus bosques caducifolios que hacen que sea además de las zonas más coloridas por estas fechas. Tiene desde llanuras a la altura del nivel del mar hasta áreas montañosas a unos 900 metros de altitud, y abarca más de 130 especies diferentes de árboles, que le otorgan un paisaje único otoñal.
"Solo tres regiones del mundo admiten bosques caducifolios que muestran el color del otoño: el este de América del Norte, las Islas Británicas y partes del noroeste de Europa, y el noreste de China y el norte de Japón. Los bosques de otras regiones son tropicales o están dominados por coníferas”, señala en ‘Pennlive’ el departamento de conservación.