Ómicron acelera su evolución y aumenta su capacidad de evasión, ¿le seguirán el ritmo las vacunas?

  • Científicos advierten de que esta variante del virus evoluciona más rápido que nunca y su capacidad de evasión va mejorando

  • En Sudáfrica, epidemiólogos y virólogos advierten de que los casos se han disparado en las últimas semanas, impulsados por BA.4 y BA.5

  • Varios estudios sugieren que BA.4 y BA.5 pueden eludir la inmunidad de quienes se infectaron con ómicron BA.1

Ómicron marcó un punto de inflexión en la pandemia. Desde que surgió esta variante, todo es ómicron. Las nuevas versiones del virus que han ido apareciendo en estos meses siguen siendo variaciones sobre ella, aunque hay algo que preocupa: cada vez proliferan más sublinjajes y cada vez lo hacen más rápido.

Piensen que ómicron (BA.1), la variante original, apareció hace sólo cinco meses, y desde entonces han aparecido otros linajes: BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5. Cada uno de ellas, además, ha ido “teniendo hijos”, es decir, han ido dando lugar a nuevos sublinajes. Hace poco, les contábamos que se habían detectado 20 nuevos en sólo dos días. Aunque expertos en secuenciación tranquilizaban: no es que se acelere la evolución del virus, es que “se secuencia más y, por tanto, se detecta más”, explicaba Fernando González-Candelas. Pero parece que algunas de estas versiones de ómicron están empezando a ser más preocupantes.

Sobre todo, porque hay que tener en cuenta que todas las nuevas versiones de ómicron que van apareciendo tienen una capacidad importante para evadir la inmunidad generada por las vacunas, por infecciones previas o por ambas. Y no sólo eso, a medida que esta variante del virus sigue evolucionando, esa capacidad de evasión va mejorando, advierten los científicos.

Atención especial a BA.4, BA.5 y BA.2.12.1

Las llamadas de atención proceden de varios puntos, pero sobre todo de dos: EE.UU. y Sudáfrica. En Estados Unidos, lo que preocupa es un sublinaje de BA.2, denominada BA.2.12.1, que se está extendiendo sobre todo en la costa este y está aumentando mucho los contagios.

En Sudáfrica, según cuenta la revista Science, epidemiólogos y virólogos están observando que los casos vuelven a aumentar considerablemente, solo cinco meses después de que ellos mismos alertaran de la aparición de ómicron. Pero esta vez, quien está detrás de ese aumento de casos son las subvariantes BA.4 y BA.5, detectadas en enero en ese país.

Aunque al principio no tuvieron mucho impacto, en las últimas semanas, el número de casos en Sudáfrica ha ido aumentando a un ritmo importante: de 1.000 por día el 17 de abril a casi 10.000 diarios el 7 de mayo. Se han multiplicado por diez. Hace solo un mes, Tulio de Oliveira, el virólogo que avisó de la existencia de ómicron en su día, se mostraba tranquilo, asegurando que no se estaba registrando un incremento de los contagios ni de hospitalizaciones ni muertes. Ahora, parece que la cosa ha cambiado.

¿Pueden eludir la inmunidad generada por BA.1?

Por un lado, se están disparando los contagios generados por estos linajes. Por otro, la revista Science advierte de que estudios realizados por Tulio de Oliveira y Alex Sigal, experto en enfermedades infecciosas del Africa Health Research Institute de Durban, sugieren que BA.4 y BA.5 pueden eludir la inmunidad de quienes se infectaron con BA.1. Aunque apuntan que esto también puede deberse, en parte, al tiempo que ha pasado desde que la ola de BA.1 alcanzó su punto máximo en diciembre. La inmunidad puede haber decaído en estos cinco meses.

“No hay razón para enloquecer”, dice John Moore, inmunólogo de Weill Cornell Medicine. Los nuevos linajes son "una molestia añadida", pero "no hay indicios de que sean más peligrosos o más patógenos". Y recuerda que, en la mayoría de los casos, la vacunación o la infección anterior aún parecen brindar protección contra la enfermedad grave.

Las hospitalizaciones en Sudáfrica, por ejemplo, han aumentado, “pero porque parten desde un nivel muy bajo, no es motivo de alarma”, dice Tulio de Oliveira. “De momento, esperamos algo similar a la ola de ómicron BA.1”, cuando las tasas de hospitalización fueron manejables.

Pero otros científicos, como el estadounidense Eric Topol, se muestran algo más inquietos con la situación. Todos estos nuevos linajes y sublinajes muestran la enorme capacidad del virus para conseguir sortear el muro de inmunidad que hemos ido construyendo en estos dos años. Topol advierte: el virus evoluciona más rápido que nunca, y no le seguimos el ritmo con las vacunas.

El hecho es que esta rápida evolución de ómicron no se lo pone fácil a los encargados de reformular las vacunas. Moderna ha probado dos versiones de su vacuna de ARNm, una que contiene la variante original y la variante beta, la que se extendió en Sudáfrica en 2021, y otra con ómicron BA.1, que todavía no está lista. No se sabe todavía si también podrían proteger contra estos nuevos linajes y sublinajes.

Pfizer también está ensayando una vacuna basada en ómicron BA.1, cuyos resultados se esperan para finales de junio. Según informa Science, la FDA se reunirá el 28 de junio para analizar los datos disponibles y hacer recomendaciones de vacunas para el otoño. Ese es el motivo, de hecho, de que se esté retrasando la administración de la cuarta dosis, de momento, a la espera de esas futuras vacunas bivariantes y actualizadas a ómicron.

La misma mutación, presente en varias: “No es normal”

Pero es que, además, hay otra cuestión importante. Estos dos linajes de ómicron, BA.4 y BA.5, que están ganando terreno en otros países, no sólo en Sudáfrica, preocupan también por sus mutaciones. La Agencia de Seguridad Sanitaria británica advierte de que cuentan con "alteraciones fisiológicas que pueden ser importantes".

BA.4 y BA.5 se parecen a la ómicron original (BA.1), pero suman nuevas mutaciones. Una de ellas, llamada L452R, ya es una vieja conocida: estaba presente en otras variantes del virus, como delta, y se asocia a una capacidad patogénica mayor. Esta mutación también está presente en BA.2.12.1, el sublinaje que aumenta en EE.UU.

Y es esta mutación la que puede estar detrás de la capacidad del virus para esquivar la inmunidad. L452 es parte del dominio de unión al receptor (RDB), la zona de la proteína S que es básica para que el virus se enganche bien a las células y pueda infectarlas. Esa zona es clave también en la defensa que lanzan los anticuerpos.

De ahí que muchos científicos lleven tiempo estudiando ese punto: L452R. Explica Science que el inmunólogo Yunlong Richard Cao y su equipo de la Universidad de Pekín, notaron un patrón: los nuevos sublinajes de ómicron presentes en EE.UU., Bélgica, Francia y Sudáfrica tenían cambios en L452. “¿Aparición independiente de cuatro mutaciones diferentes en el mismo sitio? Esto no es normal”, explica Cao en Science.

Los investigadores sospecharon que era la respuesta del virus a los altos niveles de inmunidad generados por la variante ómicron original. Y, al igual que el equipo de Tulio de Oliveira, comprobaron que la sangre de pacientes infectados con ómicron BA.1 era muy débil para neutralizar BA.4, BA.5 y BA.2.12.1.

Ómicron "debería llamarse SARS-3",

Son estudios de laboratorio, pero esa protección limitada que genera una infección con BA.1 contra los nuevos linajes y sublinajes está generando dudas sobre hasta qué punto pueden ser útiles o no las nuevas vacunas que se están diseñando frente a ómicron. Es decir, no es sólo que sea necesario actualizar la vacuna elaborada con la variante original de Wuhan, es que el virus está evolucionando demasiado rápido como para que las vacunas de ómicron puedan mantenerse al día, advierte Linfa Wang, investigadora de coronavirus de murciélago en la Facultad de Medicina Duke-NUS de Singapur.

Wang cree que la habilidad que está mostrando ómicron para escapar al sistema inmune es importante. Y va más allá. Advierte en Science de que, atendiendo a su perfil inmunológico, "debería llamarse SARS-3", es decir, un virus totalmente distinto.

Kristian Andersen, que estudia la evolución viral en el Scripps Research de EE.UU., donde trabaja Topol, advierte: "Podemos estar seguros de que las nuevas variantes serán cada vez más capaces de escapar del sistema inmunitario", lo que implicará una menor protección no solo contra la infección, sino también contra la enfermedad grave. “Tenemos que centrarnos en ampliar nuestra inmunidad”, advierte. ¿Pero cómo?

No está nada claro, de momento, qué tipo de vacuna podría provocar esa inmunidad más amplia, pero Andersen pide “ponernos en marcha" para resolverlo. “Dejar que el virus haga lo que hacen los virus, continuar infectándonos varias veces al año, simplemente no es una opción”.