Peligro supervolcánico: el plan de la Nasa para evitar una erupción gigante en Estados Unidos

  • La NASA y el Gobierno de Estados Unidos miran con recelo la caldera de Yellowstone

  • El plan consistiría en enfriar el perímetro del volcán con enormes pozos

  • El temor a provocar una reacción adversa y el enorme montante económico echaron por tierra el procedimiento

El profesor Stanley H. Ambrose, del departamento de Antropología de la Universidad de Illinois, planteó en 1998 la Teoría de la Catástrofe de Toba, según la cual una enorme explosión en el norte de la isla de Sumatra provocó un invierno volcánico que hizo caer en picado la temperatura global del planeta hace alrededor de 70.000 años. Según este experto, aquel fenómeno, con una fuerza 3.000 veces superior a la erupción del monte de Santa Helena, estuvo a punto de acabar con la raza humana, muchas especies no pudieron soportar los cambios medioambientales que perduraron durante casi una década. El miedo a que algo similar suceda en el presente existe entre los científicos de la NASA y el gobierno de Estados Unidos, que miran con recelo la caldera de Yellowstone. Desde hace tiempo se habla de un proyecto titánico y, hoy por hoy, inabarcable, cuyo objetivo principal sería el enfriamiento de una franja de su magma interno a través de profundos pozos (la mayor estación geotérmica del mundo), una posibilidad que arroja una enorme cantidad de incógnitas científicas sin respuesta.

Riesgo de fisuras

Existen rumores sobre este proyecto desde 2015. La agencia espacial habría activado una estrategia con el objetivo de explorar formas para evitar la gran catástrofe que planea sobre el Parque de Yellowstone. El sistema consistiría en la perforación de varios pozos de 10 kilómetros de profundidad a lo largo de perímetro donde se bombearía agua para enfriar toda una franja en círculo de rocas y disminuir así la presión existente entre el magma y los gases en su interior. Esta idea fue rebatida hace pocos días por el científico Simon Holland, que desconfía de su funcionalidad y considera un "peligro potencial" ya que podría generar grietas, causar fisuras y ser el detonante del temido reventón.

Enorme inversión económica

También lo considera un riesgo Brian Wilcox, que formó parte del estudio original del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL). "Este plan podría hacer que la tapa sobre la cámara de magma sea más frágil y propensa a romperse", señala el experto, que recuerda que esas fisuras podrían desencadenar la liberación de gases volátiles nocivos. Por estos y otros motivos como el económico (supondría un desembolso de 3.500 millones de dólares), el informe final descartaría su abordaje, ya que existían muchas cuestiones sobre la naturaleza intrínseca de una erupción supervolcánica a las que no podrían responder.

Pronóstico indeciso

Las probabilidades de que un cataclismo de esa dimensión acontezca son las mismas de justo todo lo contrario, pero la posibilidad existe. En 2014, el profesor Ylya Bindeman, de la Universidad de Oregon, aseguró que un evento así no se desencadenaría hasta dentro de dos millones de años. Sin embargo, el Servicio Geológico (USGS) considera a Yellowstone un sistema de alto riesgo porque está vivo y en plena actividad. Según el geólogo Bob Christiansen, también es inestable tal y como demuestran los sucesivos hundimientos y ascensiones de superficie registrados en distintas zonas.

Invierno volcánico

Si será ahora o en un futuro lejano es una conjetura que la comunidad científica no se atreve a pronosticar, pero en lo que coinciden todos es que un estallido supervolcánico volvería a desatar un periodo muy complicado para el planeta con millones de hectáreas arrasadas por la detonación, miles de kilómetros de la atmósfera cubiertos de ceniza, generando un enfriamiento global del clima que extinguiría millones de campos de cultivo y tendría consecuencias catastróficas para la supervivencia de los humanos y miles de especies animales y vegetales.