¿Es posible que un meteoro impacte contra la Tierra? Hablamos con expertos

Nica Cero 29/09/2016 11:36

A lo largo de la historia de nuestro planeta, han existido numeroso impactos de asteroides, de los cuales incluso hay cráteres de gran diámetro que así lo atestiguan. Los asteroides son objetos rocosos o metálicos que orbitan alrededor del Sol, la mayoría entre Marte y Júpiter. Algunos asteroides, sin embargo, tienen órbitas que van más allá de Saturno, otros se acercan más al Sol que la Tierra y otros incluso han chocado contra nuestro planeta, dejando estas huellas de las que hablamos.

Algunos meteoritos caídos en nuestro planeta

Tenemos un ejemplo reciente de caída de un meteorito de 17 metros de diámetro en la región rusa de Chelyabinsk el 15 de febrero de 2013, liberando 30 veces más energía que la bomba de Hiroshima. Por suerte, su composición parcialmente rocosa y la inclinación con la que entró en la atmósfera hizo que explotara a 20.000 metros de altura, provocando aun así 1.100 heridos.

En cambio, otro meteorito hubiera podido causar una catástrofe mayor debido a su composición y a su verticalidad de no haber caído en una zona de bosque deshabitada. "Sin llegar a impactar sobre la superficie, el 30 de junio de 1908 un meteorito cayó sobre Tunguska (Siberia) y arrasó 60 millones de árboles en 2.200 kilómetros cuadrados", recuerda Emilio Gálvez, monitor de Astronomía del Planetario de Madrid.

Los pequeños son más peligrosos

Para Gálvez, "el peligro de impacto de un asteroide en la Tierra es real, aunque no hay que ser alarmistas ya que los de grandes dimensiones tienen órbitas bastante definidas". En cambio, sí existen más posibilidades de impactos de asteroides más pequeños. “Es curioso que los pequeños puedan ser muy peligrosos por ser más numerosos y difíciles de detectar que los grandes”, advierte.

Además del tamaño, hay que tener en cuenta la composición, "que puede ser de roca o de metal", añade Gálvez. Y no hemos de olvidar el tercer elemento a tener en cuenta: el lugar del impacto. "Con unos 50 metros de diámetro ya son preocupantes si se dirigen a áreas pobladas", informa el monitor de Astronomía.

"La caída de asteroides de roca o hierro mayores de 50 metros de diámetro se sucede con un intervalo medio de cien años, lo que puede producir catástrofes locales y maremotos. Cada varios cientos de miles de años, asteroides de más de un kilómetro causan catástrofes globales", comenta Gálvez.

Un meteorito detrás de la extinción de los dinosaurios

Hoy en día se sabe a ciencia cierta que fue un el impacto de un meteorito el que contribuyó a la desaparición de los dinosaurios, aunque no se puede asegurar que fuera el único causante de su extinción hace 65 millones de años.

Emilio Gálvez recuerda que "se ha demostrado que un asteroide de unos 15 kilómetros de ancho se estrelló en lo que hoy es Chicxulub, México" y fue una de las causas que abrió el camino de la extinción masiva de los dinosaurios y el inicio del reinado de los mamíferos sobre la Tierra.

¿Se puede detectar la llegada de un asteroide?

Por todo el planeta existen observatorios especializados y multitud de aficionados que monitorizan el firmamento en busca de objetos que se desplazan sobre el fondo de estrellas. "Tomando imágenes en distintas fechas y midiendo su desplazamiento es posible determinar la órbitas de esos cuerpos", explica Gálvez, quien añade que "cuantas más observaciones y durante más tiempo se realicen, mejor será la precisión de las órbitas".

Resulta habitual que "cuando se descubre un asteroide nuevo, la incertidumbre de su órbita sea tan grande que puede existir la posibilidad de que impacte con nuestro planeta, sin embargo, cuando se refine la órbita, esta posibilidad se descarta por completo", detalla el monitor de Astronomía.

Métodos para evitar la colisión

La destrucción del asteroide a través de una explosión con un misil solo es una buena solución en las películas de ciencia ficción, ya que solo conseguiría fragmentarlo y no se sabría dónde caerían los restos. Seguramente esta solución solo conseguiría esparcir los impactos por el globo y agravar el problema.

"Las investigaciones se encaminan a métodos para desviarlos de su trayectoria lo justo para que no impacten. En la mayoría de los casos el proceso es lento, por lo que se necesita descubrir el asteroide lo antes posible", nos explica Emilio Gálvez.

En conclusión, si sabemos que estamos en la órbita de un asteroide, lo que realmente necesitamos es tiempo, incluso décadas de advertencia para poder actuar.

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