Un yacimiento de Teruel abre una ventana única a un bosque de la época de los dinosaurios

  • Investigadores han reconstruido un paleoambiente pantanoso del Cretácico a partir de fósiles hallados en Teruel

  • Los restos encontrados en el yacimiento de Ariño son de hace 110 millones de años, en la época de los dinosaurios

  • El yacimiento de Teruel es uno de los más completos del planeta del periodo Cretácico

Nuevos descubrimientos en ámbar en el yacimiento de Ariño, en la provincia de Teruel, han permitido reconstruir un paleoambiente pantanoso del Cretácico que abre una ventana única a un rico bosque resinífero costero de hace 110 millones de años, de la época de los dinosaurios.

Este espacio se caracterizaba por las coníferas y sotobosques de cicadacias, helechos y plantas con flor primitivas en donde vivieron insectos, tortugas, cocodrilos, mamíferos y dinosaurios como los de las especies Proa valdearinnoensis y Europelta carbonensis, según se ha puesto de manifiesto en un artículo publicado en la revista eLife.

Este se ha llevado a cabo por miembros de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB, el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), entre un total de dieciséis instituciones del ámbito internacional.

El yacimiento de Ariño, el más completo del Cretácico

Así, los nuevos descubrimientos han situado a Ariño como uno de los yacimientos más completos e importantes del mundo del Cretácico, localizado en el interior de una mina de lignito a cielo abierto que se ha distinguido internacionalmente por los numerosos restos fósiles de vertebrados hallados en los últimos años.

Criaturas del Cretácico, halladas conservadas en ámbar

El ámbar o resina fosilizada hallada en Ariño está asociada a restos de dinosaurios y otros vertebrados, siendo inusualmente rica en bioinclusiones, es decir, restos biológicos conservados en su interior (en especial, insectos y otros artrópodos).

"El ámbar de Ariño es uno de los más prolíficos a nivel mundial y, en excavaciones previas, ha proporcionado restos fósiles de once grupos de insectos, además de ácaros, arañas, pelos de mamífero y un fragmento de pluma de dinosaurio", explica Sergio Álvarez, primer autor del artículo y miembro de la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona.

En la misma línea, Luis Alcalá, ex director de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, recuerda que estos hallazgos "demuestran el acierto de muestrear intensamente un yacimiento que desaparecería, ya que la colección de fósiles recuperados sigue aportando nuevas sorpresas científicas, aunque la extensa capa fosilífera de Ariño ya no es accesible".

Encontrar ámbar con contenido fósil junto a restos de dinosaurio es excepcionalmente extraño y sólo se había registrado en tres yacimientos del mundo, localizados en Fouras (Francia), Pipestone Creek (Canadá) y Bone Butte (Estados Unidos).