Paloma, la bailarina española de Eurovisión que vive con colitis ulcerosa: “Tuve miedo por mi vida”

El 19 de mayo se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal que es de tipo crónico y de causa no totalmente determinada. Como en otras ocasiones, esta también hablaremos en Yasss sobre la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa conociendo el testimonio en primera persona de Paloma.

La bailarina madrileña de 20 años, que ha vivido una de sus vivencias más dulces este 2023 formando parte del elenco artístico de Blanca Paloma en Eurovisión, fue diagnosticada de colitis en plena pandemia mundial por coronavirus cuando la sanidad mundial vivía el peor momento de la historia actual y los recursos eran escasos. No solo eso, sino que, además, los usuarios que necesitaban recibir tratamiento o ser ingresados se enfrentaban completamente solos a la incertidumbre y el vértigo que genera una situación de este tipo.

Una vida con colitis ulcerosa

Según la web oficial y didáctica Educa Inflamatoria, dicha patología afecta exclusivamente al colon (intestino grueso); comenzando habitualmente en el recto (tramo final del tubo digestivo) y extendiéndose por lo general, de manera continua y simétrica a otros segmentos del colon.

Puede afectar a otras partes del cuerpo como la boca, la piel o los ojos y entre los síntomas más destacados se encuentran la diarrea, el sangrado rectal, dolor abdominal, pérdida de peso, fatiga o necesidad imperiosa de ir al baño. Así es precisamente como se encontraba Paloma antes de recibir el diagnóstico: “Estaba agotada haciendo mis 5 horas de danza diarias, veía negro y estaba mareada”.

La enfermedad forma parte de mi identidad

Noviembre del 2020. Una fecha que quedará grabada para siempre en su vida: “Empecé a sangrar en plena cuarentena, pero el internista consideró que una colonoscopia era muy invasiva y tardó en hacerla”. Un hecho que recuerda con pesar, pues hubiera agradecido mayor rapidez en el proceso: “ojalá me la hubiera hecho antes”.

Sin embargo, no era la primera vez de Paloma haciendo frente a juicios médicos y largas horas en una sala de espera ya que también cuenta con gastroparesia, un trastorno que retrasa o detiene el movimiento de los alimentos del estómago al intestino delgado. Aunque la experiencia anterior le hizo afrontarlo con cierta tranquilidad, confiesa que: “Tuve miedo antes de recibir el diagnóstico, hasta por mi vida. Antes no. Una vez recibí el primer tratamiento, me sentía como en una nube porque me encontraba infinitamente mejor”.

Una vez supo que su caso tenía un nombre y tratamiento, la joven bailarina se sintió aliviada. Tanto, que da por hecho que su familia lo pasó infinitamente peor: “Le había cogido cariño al hospital. No fue difícil de gestionar”.

En la actualidad, según sus propias palabras que puedes ver al completo en el vídeo que abre esta noticia, la colitis ulcerosa “no la deja en paz ni la martiriza” y “le deja hacer su vida, aunque molestándole”.

La importancia de la sanidad pública en las enfermedades inflamatorias del intestino

“No me he sentido discriminada por la enfermedad, pero sí que he pensado que podría influenciar a la hora de buscar trabajo por ejemplo”, asegura. No obstante, “a nivel infraestructura social, sí. Es una enfermedad que genera incontinencia y necesidad urgente de ir al baño y muchos locales no dejan entrar”.

Paloma va mucho más allá y habla con naturalidad en esta entrevista exclusiva para Yasss de las diferencias que despierta la enfermedad entre hombres y mujeres, también entre mujeres con mayor edad y las que son más jóvenes: “Lo he visto evidenciado en el diagnóstico. Es mucho más difícil porque parece que una joven no puede estar enferma y en el caso de la mujer, que tiende a no quejarse”. “Esta enfermedad también está asociada a patologías sicosomáticas: lo primero que piensan cuando a una adolescente le duele la tripa es que tiene ansiedad y es muy nerviosa”, añade.

Los enfermos debemos tener la libertad de expresar cómo nos sentimos

La madrileña no quiere perder la oportunidad de lanzar un mensaje claro y muy contundente a favor de los derechos sociales: “La sanidad pública es fundamental y es necesario recuperar los recursos. Que se destine todo lo que sea necesario”.

Mensaje de esperanza para las personas que acaban de recibir su diagnóstico

“Tienen que confiar. Tenemos un grupo de profesionales maravillosos que forman un hogar. Hay mucha gente investigando y tantos otros tratamientos y posibilidades que hacen que una persona pueda llevar una vida normal. Es importante hablarla y no esconderla porque se generaría estigma. Cuanto menos hablemos de ello, más difícil será aceptarla. Es una enfermedad escatológica y lo hace todo mucho más difícil. Hablar de diarrea suena peor que hablar de un dolor en el brazo”, afirma.

Su participación en Eurovisión 2023 con Blanca Paloma

A pesar de que tuvo miedo de que la colitis ulcerosa acabase con su carrera profesional, esta ha ido evolucionando favorablemente hasta permitirle continuar formándose en la danza contemporánea y añadiendo un logro en su currículo: formar parte de la candidatura española de Liverpool: “Me hace mucha ilusión ir a Eurovisión. Es verdad que no lo considero un hito en mi carrera profesional porque mi trayectoria está más ligada con la danza contemporánea y lo del ‘EaEa’ es más un rito, pero estoy contenta”. “Tiene ese punto interesante, pero también ese otro que genera cierta rabia porque lo que ocurre en los teatros no se considere tan importante como lo que es televisado”, se sincera.

“Es muy chulo que la propuesta de Blanca Paloma nazca de gente que trabaja en teatros porque reivindico el apoyo a la danza en los teatros. Lo contemporáneo existe fuera de la televisión”.

El representante de Finlandia de Eurovisión 2023 también tiene colitis ulcerosa

Paloma Fernández no está sola en su lucha por la reivindicación de las enfermedades inflamatorias del intestino. Käärijä, representante de Finlandia en la edición que acoge la ciudad inglesa, también verbalizó que padecía la misma enfermedad que le llevó a pesar 49 kilos y llegar a ir al baño hasta treinta y ocho veces al día.