La soprano Saioa Hernández: "He visto a gente en la ópera venderse para obtener algo a cambio"

  • “Tosca habla del abuso de poder como el que vemos hoy”

  • La soprano vive con tristeza el caso de Placido Domingo: "La sociedad de hoy en día debería respetar más la presunción de inocencia"

Saioa Hernández (Madrid, 1979) es la soprano española del momento y una ya de las grandes a nivel internacional. Atrás queda cuando se hablaba de ella como la pupila de Montserrat Caballé, que la definió como “la diva de nuestro siglo”, porque la carrera de Saioa no necesita a estas alturas de ningún aval. Con sólo diez años en los escenarios, en 2018 se convirtió en la primera española en los más de 200 años de historia de La Scala en abrir la temporada en Milán, con 'Atilla' de Giuseppe Verdi. Y en esta ocasión repite, aunque secundando en el reparto de 'Tosca' a Anna Netrebko, la gran diva del panorama actual.

Hernández hará de Tosca en las últimas réplicas de la obra, a principios de enero, y en una gira que tiene prevista La Scala por Japón. También en 2020 tendrá una doble cita en el templo milanés, con ‘Un baile de máscaras’ y ‘La Gioconda’. Pero antes de todo eso, como es tradición, este 7 de diciembre -día de San Ambrosio-, La Scala levantará el telón por primera vez en la temporada, en la que es una de las citas culturales más importantes del año.

Pregunta. ¿Cómo se vive el estreno, esta vez que no está el primer día en el escenario?

Respuesta. Con unos nervios más templados gracias a la experiencia del año pasado. Realmente no estaba nerviosa entonces, sino muy cargada de energía. Y este año es lo mismo, pero intentas transmitírselo a tus compañeros que lo están haciendo el 7 de diciembre. Lo vives a través de ellos, que también es muy bonito.

P. Aquella Odabella que mata a Attila es una mujer fuerte, impulsiva. Mientras que Tosca también asesina a quien quiere abusar de ella. ¿Qué las diferencia?

R. Odabella es vengativa, pero Tosca se encuentra en esa situación y reacciona así porque es el único modo de salir de ella. No es una venganza planificada como la de Odabella, ni una mujer prisionera que sale en la primera aria a reivindicarse. Floria Tosca no es esa heroína. Es una mujer enamorada, en medio de un conflicto político, en el que Scarpia la quiere manipular y ella reacciona matando.

P. Mucha sangre, en cualquier caso. ¿En cuál se ve más identificada?

R. Es más fácil sentirse identificada con Tosca, que sería un personaje más actual. No tiene un carácter tan heroico, sino que vive una situación más común. Sólo llevo diez años de carrera, no he podido repetir muchos roles, pero uno de los que más he representado ha sido Tosca. La tengo más interiorizada y asimilada vocalmente, lo que provoca que sea más cómodo.

P. Habla de una situación común, de una mujer acosada. En la época del feminismo, ¿cree que Tosca es un ejemplo de feminismo?

R. No creo que Tosca trate un tema feminista. Sí es un tema actual, que en realidad ha existido siempre, que es el abuso de poder. Y esto sigue ocurriendo tanto en hombres como en mujeres.

P. ¿Usted lo ha vivido?

R. Por fortuna, no me ha tocado vivir de cerca ni abusos sexuales ni de poder. Sí he vivido situaciones al contrario, gente que está dispuesta a venderse para obtener algo a cambio. Y no hablo sólo de mujeres, también de hombres.

P. ¿Cómo ha seguido el caso de las denuncias a Plácido Domingo?

R. Al maestro Domingo lo conozco desde hace muy poco, pero lo vivo con tristeza porque creo que la sociedad de hoy en día debería respetar más la presunción de inocencia y el hecho de que una persona sea juzgada a través de la prensa no me gusta. Incluso en el caso de que estas acusaciones estuvieran formuladas judicialmente, hasta que no haya una sentencia me parece muy triste que se dilapide así una carrera de esta forma.

P. ¿Cree que esa figura del galán ha podido dañar la imagen de la ópera?

R. Más que imagen de galán, creo que estamos hablando de una persona que es famosa y, como tal, ejerce un poder y es visible. No puedo opinar, pero el trato que he tenido con el maestro Domingo ha sido siempre de educación. Creo que ser un galán no es algo que tenga que perjudicar, al contrario. Ser un galán es ser alguien elegante y que sabe tratar a las mujeres. Yo sigo viendo colas de gente que acude a saludar al maestro o a sacarse una foto con él al terminar la función y me parece fantástico el apoyo del público.

P. Está compartiendo cartel con la diva de las divas. Desde fuera Netrebko parece alguien inaccesible, incluso excéntrica. ¿Es fácil trabajar con ella?

R. Con nosotros es una persona muy normal, no he visto esa excentricidad por ninguna parte. Nos llevamos bien, está siendo un placer trabajar junto a Netrebko. Ella ve mis ensayos y yo los suyos. Creo que todos aprendemos de todos. Un cantante de ópera tiene que enriquecerse de lo que le rodea y, en este caso, de los compañeros.

P. Usted no ofrece esa imagen. ¿Cree que ser diva es algo pasado de moda o todavía la ópera necesita estos personajes?

Yo creo que la etiqueta de diva te la cuelgan los demás. Hay mucha gente que me considera a mí una diva. Netrebko empezó mucho antes que yo a estar bajo los focos y eso te marca de algún modo. Una tiende a protegerse y eso te puede llevar a dar una imagen un poco fría. Pero creo que es muy natural y en eso debe consistir ser un divo. Lo mismo sucede con [Roberto] Alagna, que se muestra tal y como es, con el maestro [Daniel] Oren o con Domingo. Uno no podría mantener una máscara de algo que no es durante mucho tiempo.

P. Pero, ¿son necesarios esos personajes majestuosos?

R. El mundo en general necesita tener gente en la que compararse. Yo admiro a Rafa Nadal o a muchísima gente que para mí son divos. Gente muy competente en su trabajo, con la que nos sentimos identificados o con la que soñamos cómo queremos ser. Pero esto vale para un chef, un futbolista, un tenista o un cantante de ópera. Y claro que sí, la ópera necesita también estos personajes.

P. ¿Qué Tosca se va a ver en La Scala?

R. Es la Tosca tradicional, lo que está escrito en la partitura y lo que Puccini quería. Pero también es una Tosca colosal, como ha dicho Davide [Livermore, el director]. Hay piezas musicales que no se han escuchado nunca, porque estamos haciendo la primera versión, que no se representó más. Esto obliga a justificar algunos compases añadidos en la escenificación, tanto musical como artísticamente. Hay momentos de muchísimo impacto.

P. ¿Qué siente una cantante que asesina a un personaje en escena y canta eso de ‘delante de él temblaba toda Roma’?

R. Te sientes poderosa. Poderosa y a la vez aliviada, porque ha terminado el segundo acto, que está muy cargado de energía e intensidad. Gastas muchísima energía y sientes que toda ella se queda concentrada en esa frase que se termina cantando en una misma nota.

P. Después de una carrera siempre en alza, ¿lo difícil es mantener el nivel?

R. Yo digo siempre que esto es una carrera de fondo, que la divido en pequeñas metas. Tengo grandes objetivos, pero me pongo pequeñas metas para no agobiarme. Creo que hay que ir poco a poco, pero que todo lo que hagas sea de mucha calidad. Y esto me pasa igual en una ópera, intento ponerme metas en un aria en concreta o en un acto. Porque si pienso lo que se me viene encima y a lo mejor no estoy al 100%, creo que no puedo con ello.