El Teatro Real ha realizado una encuesta entre su público para conocer cuál es su percepción sobre una variada gama de cuestiones, desde la calefacción a la figura de los acomodadores pasando por los precios de las localidades, el tipo de programación y la apertura del teatro a nuevos públicos.
La nota media que el público del Real le da al coliseo, según ha detallado hoy en un encuentro con periodistas el director general del Real, Miguel Muñiz, es un "7,4" ó un "7,6" y los madrileños creen que es un "orgullo" para la ciudad contar con esta institución.
La encuesta la hizo en otoño Demoscopia a 1.606 personas, entre abonados tradicionales -con renovación automática para la siguiente temporada- (600), anuales (606) y al público que compra entradas circunstancialmente (400), además de a 605 ciudadanos de la Comunidad de Madrid, consultados en junio.
Lo "más positivo", dice Muñiz, es que el 64% de los abonados entiende que la creación en los últimos tres años de "nuevos públicos" -caso de los abonos nuevos o entradas para jóvenes- ha sido bueno para el coliseo y sólo al 6% le parece "peor".
En el otro extremo, "el gran talón de Aquiles" del Real, aparece el precio de las localidades, que oscilan entre los 16 euros y los 262, porque el 57% de los abonados piensa que el precio de su abono es "caro o muy caro" y el 23% considera que en los últimos años ha ido a peor.
"La ópera es cara en todo el mundo y en el Real es algo más barata que en los grandes teatros europeos", replica Muñiz, que argumenta que habría que comparar lo que cuesta con un concierto de rock o un partido de fútbol "de primera". "Estaría a la par o sería incluso más barato", añade.
Aunque es "seguro" que las entradas generales no van a bajar, "sólo" subirán como el IPC, algunas, como las del sector de menor visibilidad (el G) pasarán de los 16 euros actuales, "una barbaridad", a costar lo que una de cine.
Muñiz recuerda que poner en escena una ópera oscila entre el millón y el millón cuatrocientos mil euros, en función de si es una reposición -lo más barato- o un estreno.
El 47% del público no abonado es menor de 35 años, pero el 91% de los abonados rebasa esa edad, una "sospecha" que "todos" tenían en mente al mirar un aforo lleno de "pelos blancos", bromea Muñiz.
El 38% del público que fue a la ópera en 2008 sin abono era la primera vez que lo hacía, mientras que en 2005 era un 24% lo que, según Muñiz, "es muy significativo de la apertura" del teatro, algo que el 69% de los abonados aprecia como "muy favorable".
A los gestores del Real les interesaba "mucho" conocer cuál era la percepción del público sobre la oferta de localidades, porque en 2005 el 74% de los no abonados tenía la imagen "de que no había forma de entrar en el teatro", un porcentaje que aún es alto pero que ha bajado al 64%.
El 38% de los abonados tradicionales está contento con la programación y piensa que ha mejorado, pero el mismo porcentaje piensa que se mantiene igual que hasta 2005 y el 21% afirma que ha empeorado.
"Tanhausser" gusta "muchísimo", admite Muñiz, pero también son mejor acogidas cada vez las innovaciones entre el público más tradicional, mientras que los "nuevos" son, desde el principio, más proclives a lo contemporáneo.
El Real, con un aforo de 1.746 butacas, pone cada año a la venta 200.000 localidades, de las que el 70% son para abonados (10.000 tradicionales y 6.000 nuevos) y el resto se expende en taquilla.
Concha Barrigós