Un pueblo de Cádiz pide declarar la 'charla al fresco' Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Algar es un pequeño pueblo de la provincia de Cádiz con poco más de 1400 almas. Almas que en verano, cuano el sol se oculta, y las temperaturas descienden, tienen por costumbre abrir la puerta de sus casa, sacar la silla a la calle, y ponerse a charlar con la familia o, llegado el caso, con los vecinos. Tiempo para quitarse de encima `la calor´ y para repasar cual red social en tres dimensiones la actualidad del pueblo. Lo que se llama de toda a la vida una 'charla al fresco'.

Lo que se hace es cotillear y hablar del día a día, lo que se hace un poco es el cotilleo del pueblo pequeño", cuenta a NIUS el alcalde de Algar José Carlos Sánchez. "Pero también se habla de las cosas del pueblo, de si la piscina está abierta, del tiempo, etc".

Pero la televisión, las redes sociales, las pantallas en definitiva, amenazan esa costumbre. En Algar, piensan que esta primera red social, tan antigua que se pierde en los albores de los tiempos, tan moderna que es la más sostenible de ellas, no debería desaparecer.

"Yo vi que se estaba perdiendo", continúa el alcalde. "Había una parte de la población, la gente mayor, que mantenía esa tradicío, pero ya gran parte de la población pues no. Nuestro lema ha sido que las redes sociales no acaben con una de nuestras tradiciones más populares. Una cosa no quita la otra. No debemos de perder lo popular".

Asi que, ni corto ni perezoso, que para eso ya está la siesta, su ayuntamiento ha decidido pedir , ni más ni menos, que la `charla a la fresca´ sea considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

"La idea nos la dio un articulo que se titulaba `Salir al fresco con la Unesco", explica José Carlos Sánchez. "Cuando lo vi, corriendo reuní a mi equipo de gobierno y les dije: oye, esto puede ser una iniciativa. Y bueno, lo primero que hice para que ningún municipio me copiara la idea fue ponerme en contacto con la Junta de Andalucía y ya hemos iniciado el expediente para que sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad".

Para refrendar la iniciativa, el alcalde pidió a los vecinos que salieran a la calle el pasado viernes. La respuesta fue unánime. Las calles de Algar olvidaron por un rato todo aquello que ha traído la tecnología y mayores y jóvenes se vieron las caras en directo, eso sí con mascarilla. La experiencia, más que satisfactoria. Ahora, todo sigue su trámite y los vecinos tienen una nueva cosa de que hablar en su `charlas al fresco´.